Entre otorgar facultades extraordinarias a mandatarios regionales y locales para prohibir el porte de armas y el consumo de bebidas alcohólicas e, incluso, imponer un toque de queda en sus jurisdicciones respectivas, ordenar el cierre de fronteras terrestes fluviales, aplicar un acuartelamiento en primer grado de las fuerzas militares, además de realizar allanamientos a colectivos de artistas y a un medio de comunicación alternativo, fueron algunos de los antecedentes del paro nacional convocado para este 21 de noviembre en el vecino país.
EFE/ Luis Eduardo Noriega
Cada una de esas decisiones evidencia la tensión que se acrecienta en Colombia por una jornada convocada en octubre, con el fin de manifestar contra unas reformas gubernamentales en el espacio laboral y el de las pensiones que colombianos consideran nocivas a los intereses de la población.
Tras lanzarse la convocatoria, el presidente Iván Duque se reunió con el sector privado y con diversas confederaciones sindicales a los que enfatizó que ese tipo de asuntos se debatiría en una Mesa de Concertación Laboral. Al mismo tiempo, resaltó que hasta los momentos su gobierno no había formalizado ninguna reforma sobre esos temas.
Sin embargo, la aclaratoria no ayudó para evitar la protesta, que más bien, sumó en números de adherentes, entre los que destacan artistas e intelectuales.
BBC Mundo recordó que desde el paro general de 1977, que fijó un antes y un después en la manifestación social en Colombia, no se experimentaba tal tensión por este tipo de protestas. Pero, en esta oportunidad, contó una adición: las redes sociales.
Entre las razones principales del paro nacional se hallan iniciativas como el planteamiento de disminuir el salario para los jóvenes hasta situarlo en 75% del mínimo y las presuntas propuestas para excluir la parte pública del sistema de pensiones. Además, se responsabiliza al Ejecutivo de pretender privatizar compañías estatales como Ecopetrol.
Redacción Maduradas
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