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Bony de Simonovis: «No quiero a un héroe muerto, sino a un esposo vivo»

A las 7:30 pm del sábado Bony Pertiñez inicia la conversación diciendo que le propondrá a su marido el cese la huelga de hambre que inició el martes 27 de mayo, en un estrecho calabozo de la prisión militar de Ramo Verde. Luego de nueve años y varios meses consagrada por entero a una sola causa, Bony siente que debe dar un giro dramático a sus prioridades y antes que luchar por la liberación de Iván Simonovis, ahora debe hacerlo por su vida. A su juicio, las razones que lo llevaron a inclinarse por el recurso supremo del ayuno ya carecen de sentido: «No tienen sentido porque él había condicionado la huelga de hambre a una respuesta por parte del tribunal y esta ya se produjo , aun cuando no nos favoreció. Entonces, ¿cuál es el sentido de continuar desgastándose, si sabemos que ya, de por sí, en este momento, Iván se encuentra en un estado de bastante debilidad y demasiado flaco? Cada vez que lo llevan al médico, de emergencia, le encuentran una nueva patología y es terrible verlo desgastarse delante de su familia. Entonces, yo me voy a llevar a mi hija, sobrinos y algunos ahijados, todos menores de 17 años, para ver si logramos convencerlo».

Ivan-Simonovis-y-Bony-Pertiñez

A continuación, la entrevista ofrecida al diario El Universal:

-¿Cómo crees que pueda reaccionar?

-Lo que no comprende esta gente es que la prisión de Iván significa tener presa a toda su familia. Todos sufrimos con él. No podemos vivir tranquilos, con normalidad, mientras él esté preso. Entonces espero que se sensibilice.

-¿Qué dice el abogado?

-Le pedí al doctor (José Luis) Tamayo que explicara por qué debe suspender la huelga de hambre. Yo ni siquiera había querido hablar antes porque no estaba de acuerdo.

-Lo escribiste en un tuit, al anunciar la decisión de tu marido: «En contra de la voluntad de nuestra familia, @Simonovis se declara en huelga de hambre exigiendo medida humanitaria». Sin embargo, tomando en cuenta que el objetivo final es lograr su libertad y ya agotados los recursos de ley para lograrlo, ¿no es la huelga de hambre el último recurso?

-Claro, pero ante el último recurso ellos (el Gobierno) son muy capaces de dejarlo morir en la cárcel. Eso lo tengo clarísimo. Quizás él no lo vea en perspectiva porque al estar encerrado y no poder hacer nada, se siente impotente, frustrado y triste. Él cree que debe hacer algo y yo le digo que estamos haciendo lo que se requiere y lo que se puede. Conscientes, claro, de que al final no se va a producir ningún resultado.

-La tarea, ahora, es preservar su vida.

-La huelga no tiene sentido porque ya vimos morir a Franklin Brito y no ocurrió nada. De manera que estamos ante un gobierno violador de los derechos humanos que al ver morir a Iván se deslastraría de un problema que no lo molestaría más. Iván nos sirve a nosotros vivo. La huelga va mermando el cuerpo y por más que la deje, tendrá sus secuelas.

-Parece que alguien con tantos padecimientos de salud no es el más indicado para sostener una huelga de hambre.

-Antes de empezar la huelga, ya pesaba menos de 60 kilos. Pero a eso se añade que, en Ramo Verde, quienes lo atienden en caso de emergencia, son unos médicos integrales, por cuyo diagnóstico Iván estuvo a punto de morir en julio del año pasado. Le diagnosticaron una infección en la orina cuando lo que tenía era una infección, pero gravísima y en la vesícula. No confío en ellos, ni tampoco en las autoridades de Ramo Verde. El está completamente fuera de nuestro control.

-¿En qué situación se encuentra, lo acompaña alguien o sobrelleva la huelga solo, en su calabozo?

-Carece de acceso a sus médicos de confianza y está en un calabozo de dos por dos metros, que cierran desde las diez de la noche hasta las seis de la mañana. Tiene un compañero de calabozo (otro de los detenidos por el 11 de abril) que lo puede asistir, pero que no es médico. En caso de emergencia tiene un teléfono y puede llamarme. Pero si eso ocurre lo llevarían al Hospital Victorino Santaella (con estos médicos integrales) o al Hospital Militar como último recurso. Además, no hay ambulancia, lo trasladan, como si fuera un perro, en un jeep que ni siquiera tiene asientos.

-La Fiscalía señala que Simonovis se encuentra bien y que recibe suero.

-Allí no le dan ni agua. Absolutamente nada. Iván no depende, ni ha dependido, del Estado. Todo lo que necesita se lo suministramos nosotros. La Fiscal miente cuando dice que se encuentra en condiciones generales estables y que solicitó un médico para verificar su condición. Ella sí envió, a través de la Dirección de Derechos Fundamentales, a un fiscal que no es médico, quien le preguntó a Iván cómo se sentía y ese fue su diagnóstico. Entonces, es totalmente irresponsable, certificar que Iván está bien. Sobre todo, cuando la decisión que tomó la jueza se basa en un informe de septiembre del 2013. Ahora, si eso es así. ¿por qué no decidió en esa oportunidad?

-En abril se nombró una Junta Médica de común acuerdo entre el Gobierno y la oposición.

-Sí, pero la dolencia más grave de Iván, la osteoporosis, no fue evaluada y eso es lo que le puede provocar la muerte en cualquier momento. Así lo consignó uno los médicos de la Junta. Pero el Gobierno llevaba la batuta en esa instancia.

-¿Y las demás dolencias?

-Le encontraron una enfermedad autoinmune, (esofaguitis), una arritmia cardíaca, problemas de riñón, pero dejaron de lado las más graves. También hay un informe del Hospital Militar, elaborado por médicos que no conocemos. En noviembre pasado ellos sometieron a Iván a un examen exhaustivo y concluyeron en las 19 patologías que lo afectan. Pero no sólo eso, anteriormente hubo el informe de un médico forense, de apellido Fossi, quien certificó todas las patologías de Iván. Ese informe desapareció.

-¿No demuestra eso que el Gobierno nunca ha tenido, siquiera cuando se acordó lo de la junta médica, la menor intención de liberarlo?

-Nosotros creemos que sí había la disposición. Yo estaba en contacto con el director del Hospital Militar, quien es médico y sabe cuál es la condición de Iván. Pensé, entonces, que se habían dado cuenta de la gravedad de Iván. Pero más pudo el resentimiento, un ensañamiento visceral contra Iván, que no entiendo. Y lo digo porque cuando Chávez estaba preso y se quejaba de cualquier dolencia, inmediatamente aparecía el padre (Luis María) Olaso por la Dirección de Derechos Fundamentales y era atendido por sus médicos de confianza.

-¿No era aquel un gobierno democrático?

-Claro, esa es la diferencia.

-¿No crees que la decisión de Iván (y esto quizás resulte duro preguntarlo) obedece a que perdió toda esperanza de liberación y, como dijo el Chuo Torrealba, «el comisario prefiere morir luchando con su ayuno, que morir de mengua en la prisión»?

-Eso es lo que yo siento. La semana pasada, cuando lo fuimos a visitar, me lo dijo: «tengo que hacer algo. No me puedo quedar inerte ante tanta injusticia. Por más que tú y Tamayo tengan las mejores intenciones». Tamayo es doctor en Derecho, profesor en la UCV, una eminencia en el campo jurídico y todas las respuestas que le han dado han sido contrarias al Derecho. Entonces, siguiendo el razonamiento de Iván, si Tamayo no ha conseguido nada, nadie podrá hacerlo porque todo depende de una voluntad política que no existe. Yo concuerdo con Chuo. Ahora, voy a apelar también al valor que tiene la familia para él. Que resista por nuestros hijos.

-Apelarás a su responsabilidad como padre de familia.

-Nunca pensé que mi esposo se convertiría en una especie de héroe nacional.

-¿No quisieras que fuera un héroe?

-No. Yo quiero vivo a un esposo y al padre de mis hijos. No quiero a un héroe muerto.

-¿Y si decide lo contrario?

-Yo le dije que lo acompañaba en la huelga hasta que se tomara una decisión. Si él decide seguir en la huelga, en contra de la voluntad de mi familia, consideraré mi condición de vocera. No respaldo esta locura y no porque no lo apoye o no lo entienda. Yo entiendo su frustración muy bien, pero estoy clarísima de lo que es capaz este gobierno y no vale la pena un sacrificio como ese. Yo no quiero que mis hijos crezcan como estos resentidos del Gobierno que tanto daño le han hecho al país y a mi familia. Quiero que asuman la lección, la asimilen y se conviertan en mejores venezolanos.

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