El ministro para Petróleo y Minería, Rafael Ramírez, destacó este martes el carácter liberador de la política petrolera que desarrolla el gobierno nacional. “Con la Revolución Bolivariana, el petróleo se ha convertido en un instrumento para la liberación de nuestro pueblo”, exclamó este martes durante la sesión especial de la Asamblea Nacional con motivo de los 100 años del pozo Zumaque 1, que representa el inició de la explotación comercial petrolera.
Ramírez reflexionó sobre la plena soberanía petrolera, “una política nacional, popular y revolucionaria”, y sobre la dominación que provocó el inicio de la producción petrolera en el país, hasta la llegada del chavismo, en 1.999.
Señaló que la historia petrolera continuará “al menos por los próximos 150 años, gracias a los inmensa base de recursos petroleros con los que cuenta nuestra nación, rescatada por la Revolución Bolivariana como un elemento fundamental de la soberanía de nuestra patria y para beneficio de nuestro pueblo”.
“Es un día para la reflexión sobre uno de los temas fundamentales para el país: nuestra política petrolera. Hoy es un día especial para reconocer el pensamiento, obra y orientación luminosa hacia el futuro de nuestro querido comandante eterno el presidente Hugo Chávez”, dijo el ministro.
Ramírez indicó que la actividad petrolera durante estos últimos 100 años ha impacto de manera dramática el devenir económico y social de nuestra historia. “El mayor impacto ha radicado en el hecho que en el inicio de la producción petrolera abrió la puerta a la penetración y al accionar devastador del imperialismo norteamericano en nuestro país”, explicó.
El ministro recordó cómo el imperialismo norteamericano convirtió al país en una factoría petrolera y emprendió el saqueo de las riquezas de la nación, que le pertenecían al pueblo, provocando una amplia desigualdad social y altos índices de pobreza.
Advirtió que clara muestra de la intromisión de Estados Unidos sobre los asuntos internos de Venezuela la constituye hechos recientes como el golpe de Estado de 2002 contra el presidente Chávez, el paro petrolero que pretendió acabar con el gobierno bolivariano.
En este sentido, llamó al pueblo venezolano a “reconocerse a sí mismo como un país petrolero” y romper, así, con las pretensiones imperiales de estigmatizar el petróleo como una maldición.
“Como pueblo consciente no podemos aceptar la pretensión de las grandes potencias industrializadas de que renunciemos a la defensa de nuestros intereses como país productor de petróleo, de pretender estigmatizar el petróleo como una maldición”, enfatizó el también presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), reseñó el portal de La Patilla.