La denuncia de este mes, sobre el fallecimiento de 13 neonatos en el Hospital Universitario Miguel Oraá, en Guanare, llevó a Bernardo Guerra, diputado de la Asamblea Nacional (AN), a realizar una inspección en el centro de salud. Allí consiguió que entre enero y abril, según datos de mortalidad infantil del hospital, murieron 32 recién nacidos: 4 en enero, 4 en febrero, 9 en marzo y 15 en abril, por una bacteria. Esa situación derivó en la renuncia del director del centro asistencial y del jefe de neonatología, área que se quedó sin especialistas.
Las condiciones en pediatría y sala de partos también son precarias, señaló Guerra, según constató en el lugar, y a la que se suma la carencia de insumos básicos, guantes, tapabocas, batas quirúrgicas, medicamentos y reactivos para hacer estudios de clínica sanguínea, gases arteriales y de líquido cefalorraquídeo. “Incluso llegó a mis manos una comunicación denunciando que no había jabón para lavarse las manos”, reseñó el portal de 6to Poder.
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