Durante su concurso en la concentración «Venezuela Antiimperialista», el presidente Nicolás Maduro volvió a «meter la pata» y afirmó que Jesucristo y Alá eran «hermanos».
En medio de todo su discurso «anti-imperial» en el que fustigó a Estados Unidos por sus actuaciones internacionales y por sus intentos de «destruir al pueblo musulmán y árabe», a Maduro se le deslizaron varias perlas:
«Lo digo con mucha clareza (otro error más) perdón, claridad. Así como la antigua oligarquía alemana levantó su proyecto imperial de conquista del mundo con Hittler sobre la base del odio al pueblo judío, así la más rancia oligarquía y el aparato militar estadounidense ha levantado su proyecto de conquista y dominación del mundo en base al odio al pueblo árabe y musulmán del mundo», expresó.
Luego, denunció que Estados Unidos ha estigmatizado al pueblo árabe y musulmán.
«Porque sí, los pueblos árabes y musulmanes son hermanos de los pueblos caribeños y del pueblo venezolano y bolivariano. Claro que somos hermanos, amamos a los pueblos árabes y musulmanes, sabemos que Jesucristo y Alá son hermanos en Dios», agregó.
Alá es la hispanización de la palabra árabe Al-lāh (الله), que significa «Dios». El término es más conocido en Occidente debido a su utilización por parte de los musulmanes (chiies y sunies), pero también es utilizado por los hablantes del árabe de todas las religiones abrahámicas, incluidos los cristianos y judíos, en referencia a Dios.
Y aunque Maduro quiere equiparar el islamismo con el cristianismo, cabe destacar que hay varias diferencias sustanciales entre ambas creencias: los musulmanes no creen en la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), aseguran que Jesús fue solo un profeta pero que no murió, ni resucitó, ni es «Jesucristo, el Salvador del mundo» -así que mal podrían considerarlo un hermano- y consideran como su profeta a Mahoma. Además, no supeditan su espiritualidad a la Biblia, sino al Corán.
Redacción Maduradas
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