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¡DEPRIMENTE REALIDAD! Por hambre indígenas venezolanos huyen a Brasil, pero son deportados

Los indios warao, son uno de los pueblos más antiguos del Delta del Orinoco, en el noreste de Venezuela, los cuales debido a la gran crisis política y económica que vive el país de Nicolás Maduro están huyendo para buscar refugio en ciudades de Roraima, en la frontera del extremo norte de Brasil.

Ellos llegan con hambre, sed y necesitados de atención médica”, señala una versión libre de El Estímulo de un reportaje de Amazonia Real, diario conocido por sus investigaciones en defensa de la libertad de expresión, derechos humanos y democratización de la información, que ahora reseña el drama que viven los pueblos más vulnerables dentro de la crisis que atraviesa Venezuela.

Foto: El Estimulo

Foto: El Estimulo

La única diferencia de los indios waraos con inmigrantes venezolanos no indígenas y de otras nacionalidades, como los haitianos y sirios, es que los primeros son deportados por la Policía Federal, conociéndose que entre 2014 y 2016 fueron obligados a regresar a Venezuela 223 indígenas.

Las deportaciones aumentaron en las ciudades de Pacaraima y Boa Vista en los días cercanos a diciembre pasado, cuando 166 indios fueron retirados de las calles o casas abandonadas, donde estaban abrigados, sin demostrar resistencia a la fuerza policial.

En el procedimiento, los waraos son transportados en autobús en un viaje de 215 kilómetros hasta Santa Elena de Uairén, en la Gran Sabana, estado Bolívar, donde son entregados a las autoridades migratorias venezolanas. Ese mismo recorrido ya fue realizado dos veces en 2016: el 29 de enero con 33 indígenas y el 12 de abril con otros 65.

La justificación para las deportaciones de la Policía Federal es la misma para todos los casos:

Los extranjeros están sin documentos regulares de entrada o vencidos, ejerciendo actividad artística remunerada, inclusive, pidiendo limosnas o vendiendo artesanías en las calles y semáforos, lo que es incompatible con la condición de turista”, dice la PF.

La alcaldía de Boa Vista sumó la Guardia Municipal a las labores de deportaciones de los indígenas con el argumento de que responden a la demanda de “la población de Boa Vista, que es abordaba por mendigos, indígenas extranjeros y otras personas oriundas de países fronterizos que no presentan documentación legal para su permanencia en suelo brasileño

Los indígenas salen de sus aldeas en Delta del Orinoco y viajan en autobuses, a través de colas, taxis y canoas para recorrer 935 kilómetros hasta llegar a la capital de Roraima.

“Mi esposa y yo ya logramos vender 10 chinchorros. También pedimos dinero a los choferes cuanto pasan por los semáforos. La situación de los pueblos indígenas de Mariusa es muy difícil. Falta agua y comida. Ese dinero ayuda mucho, no tenemos a quien recurrir”, dice Juan Pérez, de 73 años, quien lleva dos semanas en Boa Vista, adonde llegó a vender sus hamacas.

La Organización No Gubernamental internacional de defensa de los derechos humanos: Human Rights Watch (HRW) califica de “muy grave” la situación que padece Venezuela y expresó que la necesidad de que Brasil fije una posición en relación a la crisis económica y política es imperante, a la vez que los exhorta a actuar para impedir que la situación se convierta en abusos y violencia, aquella que sufre la gran mayoría de la población.

El delegado de la Policía Federal en Roraima, Alan Robson Alexandrino Ramos, dijo a los reporteros de Amazonia Real que los warao no encajan en ninguna de las calificaciones de pedido de refugio de Brasil.

Existen leyes de calificación humanitaria. La Presidencia de la República hizo una norma referente a los haitianos. El haitiano que llega a Brasil es albergado por un decreto presidencial. No veo a los indígenas en esas condiciones humanitarias. Entiendo, como ciudadano, que hay un problema social. Ante el ordenamiento jurídico brasileño ellos no son vistos como indígenas, sino como extranjeros y deben ser tratados como tales, pues un turista no puede trabajar, dictar conferencias, mendigar”, dice el delegado.

El Registro Nacional de Catastro y Extranjeros de la Policía Federal muestra que 1.278 venezolanos recibieron el registro entre 2015 y mayo de 2016, con visas temporales, de turismo, permanente, fronterizo, de trabajo y provisional.

Entre las condiciones para los refugios están las persecuciones por motivos de raza, religión, nacionalidad, grupo social u opiniones políticas y violación grave y generalizada de los derechos humanos. El Comité Nacional de Refugiados (Conare) dice que por el principio de confidencialidad en la legislación no puede informar si entre las solicitudes de venezolanos hay alguna de la etnia indígena.

La situación en mi comunidad es muy difícil. Falta comida y agua potable. El agua es salada y todo lo que se planta ahí no nace, pues vivimos en un área inundada, en palafitos. La comida que se vende allá es muy cara. Un kilo de harina, por ejemplo, cuesta 2.000 bolívares. Cambiamos agua con los barcos petroleros. Cambiamos pescados por agua, así es que hacemos para no pasar sed”, contó a los reporteros Ylmele González, de 27 años, quien pedía limosna junto a su hijo de tres años. Hablaba español y warao. Entró a Brasil con visa de turista por 30 días. Explicó que su familia sobrevive de la pesca en Mariusa, pero con la crisis económica no tienen a quien venderle los pecados.

Con información de El Estimulo

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Hasta los indígenas se ven en la necesidad de quebrar su entorno cultural para irse de un país que los tiene sumido en las desgracias. ¿Qué opinas? Déjanos tu comentario.

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