Tres agentes policiales resultaron heridos cuando se registró un motín en el Cuartel de Prisiones de Politáchira y un intento de fuga que fue posteriormente controlado. Un grupo de reclusos, haciendo uso de armas punzopenetrantes que fabricaron con partes de rejas y las camas, sometieron a varios agentes, publica El Nacional.
Con los uniformados como rehenes tomaron el control de la segunda y tercera planta de la instalación de resguardo primario. Fue entonces cuando observaron a través de las cámaras de vigilancias que había intentos por obstaculizar las imágenes de las instalaciones. Esto fue advertido al resto del personal vía radio y al sitio se hicieron presentes comisiones de la brigada motorizada y de orden público. Cuando arribaron al lugar, los detenidos pretendían tomar la planta baja del cuartel de prisiones y se presume que intentarían fugarse del recinto policial.
El subdirector de Politáchira, Wilmer Beltrán confirmó que la situación fue controlada y que tres agentes, dos hombres y una mujer fueron trasladados a un centro asistencial a causa de las lesiones recibidas durante el motín e intento de fuga de los privados de libertad. Un total de 17 detenidos, que habrían protagonizado el incidente, fueron aislados. Los motivos que habrían generado el suceso estarían relacionados con un presunto traslado a centros penitenciarios del país.
Presuntas irregularidades
Familiares de los privados de libertad que esperaban para saber noticias de sus parientes a las afueras de Politáchira, señalaron que desde el año pasado se están registrando irregularidades en ese recinto primario de detención donde hay procesados y penados.
“En diciembre se metieron los antimotines, les robaron la ropita, les tiraron la comida al piso. Hay internos enfermos con el virus que anda, no les dejan pasar frutas ni jugos, solo gaseosa. Los medicamentos se quedan por el camino, no se los dan a los presos. Los funcionarios son groseros con los familiares. La comida que les dan ahí no sale de arroz, sardina y plátano y a veces el arroz se los dan crudo”, dijo María Agélviz mientras esperaba a ver a su familiar detenido.
Teófila Contreras, quien esperaba para saber noticias de su hermano detenido, hizo un llamado al gobernador José Vielma Mora porque no había patrullas para hacer los traslados de los detenidos a tribunales y a centros médicos.
“Son seres humanos y la familia duele”, señaló entre lágrimas.