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¡DESESPERADO! Maduro maniobra con empresas básicas para mantener el control político

Sin salida. Nicolás Maduro ve como su régimen se desmorona y la luz al final del túnel que propone su gabinete de gobierno es activar las empresas básicas que están en manos del Gobierno y que bajo la gestión chavista se fueron a pique durante los últimos años.

Los cambios gerenciales han comenzado en las empresas básicas de Guayana a cuentagotas y con pulso. El recién estrenado ministro de Industrias Básicas y Estrategias Socialistas, Juan Arias, ha ido progresivamente sustituyendo los presidentes de algunas estatales en la región para congraciarse con los trabajadores, a quien Nicolás Maduro les prometió justicia.

Prensa Presidencial.

Prensa Presidencial.

La estrategia, socialista o no, no ha surtido el efecto que otrora lograba el entonces presidente Hugo Chávez cuando, ante cada conflicto, resolvía con enroques la paz laboral en las fábricas.

Bajo ese método, el comandante ensayó todo tipo de modelos llevando la producción a pique mientras conseguía el punto de nieve del esquema obrerista con el que prometían la participación protagónica de los trabajadores.

A la vuelta de tres años del fracaso del control obrero, como sentenció Maduro en abril de 2013, el ahora primer mandatario ha prometido unas juntas directivas obreras para acabar con el “parasitismo, con la robadera, con la corrupción que se ha generado en la distribución de lo que le pertenece al pueblo”, dijo el pasado 11 de abril.

De ese proceso, sin embargo, hasta ahora solo se conoce el nombramiento del general Justo Noguera Pietri, presidente de CVG, ahora también titular de Sidor; y Jean Urdaneta como titular de Maderas del Orinoco.

La decisión la ha publicado el ministro en su cuenta de Twitter, en la misma red donde han circulado comunicaciones en las que se asegura que Antonio Rivas es el nuevo presidente de la briquetera Venprecar o que se le ha solicitado la renuncia al presidente de la Corporación Siderúrgica de Venezuela, Jesús Zambrano.

Desconocimiento

Quienes se involucraron en la primera fase del Plan Guayana Socialista (PGS) 2009-2019, una especie de proyecto reglamentario, tienen dudas de esta nueva etapa.

El participante de la mesa 1 del entonces PGS, Benjamín Moreno, cree que se intentan colar viejas caras que no gozan de aceptación. Por eso instó al ministro Arias a que revise el entramado gerencial y político de Ferrominera Orinoco.

Como trabajador de la extractora, procesadora y comercializadora de mineral de hierro, Moreno afirma que aun cuando hay un ex presidente preso (Radwan Sabbagh) la estructura de corrupción todavía sigue intacta.

“Revise que allí había factores que cobraban un dólar por cada tonelada y esos no eran cuello rojo, esos eran rojo rojitos y pruebas hay bastantes de lo que nosotros estamos hablando”, dijo a colación de la supuesta intención de designar a José Ramón Rivero, ex ministro del Trabajo y fundador de la Fuerza Bolivariana de Trabajadores (FBT) como presidente de la estatal.

Las empresas nuestras son un saco roto. Mi pregunta es dónde están los que iban a salvar las empresas, pero si nos damos cuenta son los mismos y por eso es que nosotros no aceptamos que se haya tomado el Plan Guayana Socialista para liderar y decir cosas que no son”, cuestionó.

Moreno asegura que los que están participando en esa discusión, una fracción importante, “tiene que ser sangre nueva, los que están metiendo lo único que han hecho es enriquecerse (…)  Yo creo que Nicolás está haciendo un empeño sumamente grande pero no, por favor, no con los mismos”.

– ¿No es gente de su confianza?

– Claro, son gente de su confianza pero que de una u otra forma lo han traicionado. Él confía en ellos, pero estos señores lo que quieren es ser presidente de las mismas para seguir con la mafia corrupta que ha existido constantemente. Ahorita hay más rojos rojitos ricos que los adecos del pasado. Si eso no se soluciona a nosotros se nos va esta revolución por la cual murió el comandante eterno. Ya el pueblo no aguanta más, sobre todo el pueblo trabajador. Maduro dijo que le iban a dar el chance a gente nueva, pero en Guayana parece que dijeron vamos a darle oportunidad a los mismos bandidos de siempre.

Como otros sectores, Moreno reclama la falta de visión política del Ejecutivo, en las peores crisis política y económica de la Venezuela contemporánea. “¿Desde Caracas no hay alguien que tenga visión política y se dé cuenta de lo que está pasando aquí? ¿No se dan cuenta que el partido se nos hunde por una cuerda de corruptos que es un grupo pequeño?”.

Difícil recuperación

El abogado laborista y seguidor del proyecto chavista en sus inicios, Edwin Sambrano, analiza que, según los pésimos resultados laborales y productivos en las empresas básicas, el Gobierno tiene mucho que hacer.

El fracaso productivo no es tan grave como en las relaciones laborales, porque en el fracaso productivo puedes ir cambiando algunas cosas y dar solución, en cambio el fracaso laboral no, porque eso es algo que se consolida con el tiempo, en empatía, en entidad de los trabajadores con el proceso y con los fines de una empresa”.  .

– ¿Le importa eso al Gobierno en estos momentos?

– Sí le puede importar. No le importa que sean perfectas, que sean armónicas, lo que le importa es que no sean perjudiciales para su poder político, como que en unas elecciones no sean rechazados.

Cambiar las direcciones militares que llegaron a Guayana en 2013, destaca, tiene dos componentes: por una parte, un reagrupamiento interno de la Fuerza Armada, y el segundo, producir el efecto de una especie de cambio de fachada colocando a civiles en algunos lugares, a los fines de desmontar la “olla de presión y la protesta que hay contra los militares”.

La dificultad, resalta, es que carecen de cuadros y una buena parte ha rechazado puestos. “Hay mucha gente que ya no le acepta sin cargos, los que se quedan es con la finalidad de saquear la empresa, ellos quieren dar en este momento una muestra de eficacia, de recomponer”.

La deuda participativa

Son esas maniobras las que el dirigente de Marea Socialista y una de las caras del otrora control obrero, Daniel Rodríguez, no entiende de la postura de Maduro.

Preocupa que no se está construyendo este modelo consultando con los trabajadores. Hoy aparentemente hay una necesidad de retomar el tema del control obrero. Yo creo que debemos revisar las cosas que verdaderamente no resultaron, que fracasaron”, expone como, por ejemplo, el uso de las cúpulas.

En dos platos, Rodríguez sostiene que el Gobierno se niega a darle transferencia de poder a las bases. Y sobre esa tesis considera entendible que haya rechazo en las empresas básicas cuando las empresas han sido tomadas por militares; la mayoría de ellos sin gestiones exitosas que mostrar.

¿Cómo entran las firmas del revocatorio dentro de esta perspectiva?

– Yo comparto que es un derecho constitucional, que fue hecha en la aceptación y en la pluralidad de nuestro pueblo. En el 2004 nuestro presidente Chávez se midió en un escenario como este. Estamos de acuerdo, aun sabiendo que la derecha de nuestro país es irresponsable y que hay las pretensiones de aquí en delante de tomar decisiones dentro de una pugna, que se está olvidando de una necesidad puntual del pueblo que está pasando hambre y necesidad.

“Quien está allí pasando trabajo es el pueblo que sale todos los días, y de una u otra forma es irresponsable ambas partes porque no está solucionando el país. No hay de verdad intento de resolver esta situación”, cree Rodríguez.

Aunque la Fiscalía comenzó un proceso de investigación en su contra, el ex presidente de la entonces Matesi está dispuesto a que se continúen las averiguaciones que iniciaron con el caso de corrupción por el cual se investigó a Luis Velásquez, ex gerente de comercialización de Sidor y titular de las comisiones de transición de las briqueteras.

Rodríguez defiende el castigo que dio la propia militancia al Gobierno con el objetivo, sostiene, de “darle una oportunidad a ver si esto generaba un cambio”.

Actualmente, no hay sinceridad. De cara a la grave crisis política y económica, apuesta a las coincidencias con todos los sectores, incluso con la oposición, si se trata de la recuperación, por ejemplo, de Guayana “pero esa sinceración debe ser profunda”.

En Venezuela esta crisis nos va a enseñar a clasificar muchas cosas, no sé si clasificar el partido con el gobierno, pero Venezuela necesita que nos demos la mano ahorita”, espera.

En dos semanas de cambios y movimiento de piezas, el silencio de la Central Bolivariana de Trabajadores Socialistas (ala sindical de Maduro) ha sido sepulcral. Al menos tres dirigentes se han negado a pronunciarse hasta tanto, aseguran, no terminen de cuajarse algunas decisiones políticas.

Con información de Correo del Caroní

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