En un acto de campaña en Barcelona, estado Anzoátegui, el presidente Nicolás Maduro suplicó votos de la única manera que sabe hacerlo: vociferando que es un tipo experimentando, que va a vencer cualquier cantidad de batallas, que derrotará la supuesta guerra económica e invocando a Hugo Chávez y prometiendo migajas.
Foto: Reuters.
Como quien se aferra a un clavo ardiendo, Maduro clamó: «Denme la victoria el 20 de mayo y prometo combatir la guerra económica. Obtenida la victoria me dedicaré únicamente a derrotar la guerra económica y darle felicidad económica al pueblo».
Esto no le bastó. Por seguir empotrado a la silla presidencial llegó a tal grado de desesperación que soltó esta perlita: «Estoy pensando darle un premio al pueblo que salga a votar ese día (el 20 de mayo)».
Y por ahí se fue suplicando indulgencias y votos y haciendo juramentos al aire:
«Yo vengo a jurar con mi vida que jamás lo dejaré solo, que yo los protegeré con mi vida (…) He venido a Barcelona a comprometerme con ustedes, aquí traigo el Plan de la Patria 2025, escrito por el pueblo para ratificar el camino de grandeza de Venezuela, para lograr el renacimiento económico de nuestra patria, para consolidar la paz de la república, para expandir la protección social».
Redacción Maduradas