La crisis económica que azota a los venezolanos, ha obligado a las personas a prescindir de sus queridas mascotas, quienes fueron sus fieles compañeros durante años, pero que ahora no pueden mantener.
En un trabajo publicado por Rachelle Krygier en The Washington Post, cuentan la historia de Sheldon, un perro que cumplía siete años y que, su dueña, Mary Cruz Lema, se vio en la necesidad de entregarlo.
Ella y su esposo habían estado luchando por alimentar a su amado Schnauzer blanco y negro. Sus salarios, ella como maestra de escuela, y él como enfermero, no equivalía a más de USD 10 al mes, apenas lo suficiente como para cubrir las comidas para ellos y sus dos hijos.
Sheldon, que había sido un animal divertido, se convirtió en un animal letárgico, que se mantenía sentado en un rincón.
«Miraba al perro y no podía dormir. Tenía que hacer algo urgentemente«, relató Lema.
En tal sentido, dio un paso cada vez más común en el país en proceso de colapso: renunciar a la mascota familiar.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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