Estos últimos meses las zonas más ricas de Caracas han experimentado un sorprendente auge económico, mientras en algunos sitios de la capital de Venezuela los ciudadanos siguen luchan contra las fallas de la energía eléctrica, escasez de agua y la desnutrición.
EFE
Los periodistas Anatoly Kurmanaev y Isayen Herrera reseñan en un artículo del diario norteamericano The New York Times que hace seis meses los centros comerciales lucían abandonados, pero ahora se encuentran llenos de personas, mientras camionetas importadas transitan por las calles. Además, restaurantes y bares aparecen cada semana en las zonas más prósperas de la ciudad, abarrotados con empresarios extranjeros, caraqueños a la moda y personas relacionadas con el régimen de Nicolás Maduro.
“Después de años de nacionalizar las empresas, determinar el tipo de cambio y fijar el precio de los bienes más básicos, una serie de medidas que durante mucho tiempo contribuyeron a la escasez crónica, pareciera que Maduro hizo las paces con el sector privado y ahora lo deja trabajar. Y aunque en general la economía del país sigue contrayéndose, la disminución de las regulaciones ha motivado a las empresas que les ofrecen servicios a los ricos o al mercado de exportación a invertir nuevamente”, aseguran.
Destacan que en estos momentos los dólares se aceptan en todos los lugares y en esa nueva realidad económica, los adeptos de Maduro forman parte de la élite venezolana que vive a lo grande con sus negocios y reservas en divisas, que las sanciones del gobierno de Estados Unidos les impidieron gastar en el extranjero.
Redacción Maduradas con información de NYT.
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