El salario mínimo venezolano alcanzó el 1 de julio los 7.421 bolívares. La cifra es el resultado de la última cuota de aumento -un 10%- del 30% anunciado por Nicolás Maduro el 1 de mayo pasado. Si lo vemos con la lupa del Gobierno (cotización oficial) el salario mínimo de un venezolano sería de 1.178 dólares. Pero un trabajador nunca podrá comprar la divisa a Bs. 6,3, por lo que su ingreso cae automáticamente a 9 dólares, aunque existen otros empleos con los que se podría ganar alrededor de 15 dólares, 45 si eres las fuerzas armadas.
“Cuando el precio de un pote de Nutella equivale al sueldo de un profesor universitario entendemos el éxito de la revolución chavista”, escribió Padrón en su cuenta de la red social.
Cuando el precio de un pote de Nutella equivale al sueldo de un profesor universitario entendemos el éxito de la revolución chavista.
— Leonardo Padrón (@Leonardo_Padron) October 1, 2015
Un profesor de tiempo completo cobra Bs.19.000 (USD 3.000 en el mercado oficial, USD 23 en el paralelo). Un docente de medio tiempo, Bs. 13.285 (USD 2.100 en el dólar oficial, USD 16 en el paralelo).
Tal como lo plantea Padrón, un docente de medio tiempo tan solo pudiera comprarse un pote de Nutella, valorado actualmente en Bs. 15.000.
Ahora bien, si calculáramos el salario promedio de un profesor universitario en Venezuela en la tasa SIMADI, éste se ubicaría cerca de $77 dólares estadounidenses. Menos del 1% de los $9.485 que puede ganar un docente en una universidad de Canadá. Con sueldos que ni siquiera alcanzan para la alimentación de una familia, migrar se ha convertido en una alternativa real para muchos profesores del país.
En apenas tres años más de 700 docentes han abandonado la Universidad Central de Venezuela (UCV). En el caso de la Universidad Simón Bolívar (USB), de una plantilla de aproximadamente 700 profesores se han ido 500. La Universidad Metropolitana (UNIMET), ha perdido el 10% del plantel docente desde julio de este año a la fecha.
Con la migración masiva de docentes de Educación Superior disminuye la capacidad de generar conocimiento y de formar nuevas capacidades humanas para la nación, explica el Dr. Benjamín Scharifker el rector de la UNIMET, reseña El Carabobeño.
“Estaría dispuesto a regresar a mi país, cuando pueda contribuir al desarrollo de un mejor futuro”, dijo uno de los docentes que decidió partir del país.
La docencia en sí es un arte y una ciencia, un medio para capacitar futuras generaciones e inspirarles a ser una parte importante y funcional para el país y para sí mismos.
Las casas de estudios más importantes tienen una fuga de personal con experiencia, porque deben buscar un futuro mejor y a la vez seguir con la carrera que eligieron ejercer, y lo mismo sucede con las nuevas generaciones de docentes quienes deben considerar trabajar con un sueldo miserable, sin el equipamiento básico como tizas o marcadores, sin pupitres suficientes o una mesa para el docente, salones en precario estado; son elementos que no incentivan a nadie a seguir trabajando, incluso aunque esto les duela en el corazón.