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¡EL INCAPAZ BATIÓ RECORD! Aprobación de Maduro ha caído 32 puntos desde abril de 2013

La aprobación del presidente ha caído 32 puntos desde que fue juramentado en abril de 2013, indican cifras de Datanálisis. 58% de los venezolanos considera que el principal problema del país es la economía, por lo que será difícil que suba su popularidad mientras la inflación y la escasez sigan disparadas. Por esta razón, para encarar los comicios parlamentarios de este año el chavismo buscará desestimular a los opositores y optimizar su base dura de apoyo, que ronda 20%, el nivel más bajo en la historia del movimiento, publica El Nacional.

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«Ha caído 32 puntos desde que fue juramentado en abril de 2013. A pesar de que en diciembre de 2013 tuvo un leve repunte gracias al dakazo, eso duró poco y ahora sigue bajando», señala José Antonio Gil Yepes, director de la firma.

Representantes de las encuestadoras Datanálisis, Delphos y Keller y Asociados coinciden en que la base dura del chavismo se ubica alrededor de 20%, el porcentaje más bajo en la historia del movimiento. Ese fue el nivel de aceptación que tuvo Carlos Andrés Pérez al final de su segundo gobierno, luego de afrontar dos golpes de Estado y un juicio que lo terminó sacando de Miraflores. Hasta ahora ese era el período de menor popularidad presidencial en Venezuela en los últimos 25 años.

Falta confianza. La caída en la confianza a Maduro se observa incluso en el número de ciudadanos que acuden directamente a él para pedir ayudas. En la memoria y cuenta de 2013 del Ministerio del Despacho de la Presidencia, la fundación Pueblo Soberano, que se dedica a responder ese tipo de solicitudes, indicó que había recibido 7.358 casos. En 2014 las peticiones bajaron 45% y solo se reportaron 4.032 casos.

El 23 de febrero pasado Maduro anunció en Yaracuy el inicio de una serie de recorridos por todo el país para ³movilizar² al chavismo ante la «la guerra económica», «el imperialismo estadounidense» y «las conspiraciones golpistas». Félix Seijas, director de Delphos, considera que no es más que un intento de «reconectar» con algunos descontentos y despertar la intención de voto de su base con miras a las elecciones parlamentarias previstas para este año.

«Difícilmente va a atraer a algunos votantes que ya se alejaron, pero tiene que movilizar a la gente que le queda y conservarla. Para lograr eso tiene que mostrarse cercano a las comunidades y sus problemas», afirma el encuestador.

Maduro tenía abandonadas a las regiones del país. En su primer año de gobierno hizo 102 actos de Gobierno de Calle, encabezó 114 actividades en el interior del país y 44 en el exterior. En contraste, en los primeros 11 meses de su segundo año realizó apenas 36 eventos de Gobierno de Calle, encabezó 43 actos televisados en el interior y 40 en el extranjero.

El fantasma de la economía. Con una inflación que cerró 2014 en 102% para el sector alimentos, según cifras del Banco Central, y altos índices de escasez que se traducen en largas colas en los abastos para comprar productos básicos regulados, no es de extrañar que la popularidad de Maduro haya caído vertiginosamente y que la tarea de levantarla sea complicada.

«No es una ley física, pero el bienestar económico es capaz de explicar los resultados de casi todas las elecciones y la popularidad de los gobernantes. Por ejemplo, la correlación entre la aprobación de Hugo Chávez y esta variable superaba el 80%», advierte Francisco Monaldi, profesor de Harvard y del IESA y con doctorado en política económica.

Gil Yepes coincide con este análisis y considera que la única forma de que Maduro recupere popularidad es que resuelva el problema económico: «Si no lo hace no tendrá un conector con la población. Ahora aunque suba el gasto público no remediará la caída debido a que la escasez hace que no haya productos por los cuales gastar el dinero. Por primera vez en la historia del chavismo hay una correlación inversa entre crecimiento de liquidez y aprobación de gestión».

Monaldi observa que el Gobierno ya no tiene posibilidades de aplicar medidas correctivas si se considera que las elecciones tienen que ser este año. «Con un diferencial tan grande en los tipos de cambio, es necesaria una devaluación que se parecería mucho a la de 1989. Empezarían a aparecer los productos, pero habría un golpe en los precios que no tienen tiempo para asimilar», explica.

Moviendo la base. El chavismo parece ser consciente de lo difícil que es recuperar apoyo en lo inmediato si no hay una subida repentina de los precios del petróleo, por lo que ha elaborado una estrategia para trabajar con su base de 20% y optimizarla para sortear este período de crisis.

«Ya se voltearon todos los que se iban a voltear, los Giordani. Ellos no van a votar por la oposición, así que tampoco afectarán tanto. Ahora hay que movilizar a la base y maximizar las ventajas que se tienen», comenta una fuente chavista que prefirió declarar en condición de anonimato.

Esta estrategia prevé dos objetivos: evitar más erosiones en la base e intentar desmotivar a los opositores para impedir que articulen una mayoría que resulte difícil de batir en las próximas elecciones parlamentarias.

«Dos factores entran en juego: el descontento y la oposición que enfrentas. Muchos presidentes gobiernan sin problema con una popularidad de 20 puntos si la intensidad de la oposición no es tan alta», comenta Monaldi.

Alfredo Keller, director de la encuestadora Keller y Asociados, agrega que cuatro columnas sostienen al régimen chavista: «El control de las armas y de la violencia; el control de los recursos económicos; el control de los medios de comunicación, y el control de las instituciones. Las elecciones sirven para dar legitimidad a esas bases y su verdadero problema es que 20% de apoyo fuerte no parece ser suficiente para ganar».

En este punto entra la idea de desmotivar a la oposición. Seijas advierte que en los próximos meses Maduro se mostrará más fuerte, siguiendo el estilo que presentó cuando fue arrestado el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma. La petición de una nueva ley habilitante es parte de esa línea.

«Con eso logra varias cosas: primero, activa a su base y muestra una imagen más parecida a Hugo Chávez. Esto es relevante debido a que muchos estudios muestran que una de sus mayores debilidades es la evaluación negativa de su capacidad como gobernante; segundo, desmotiva a los opositores porque genera desesperanza el hecho de que pueda actuar sin ningún control, y tercero, intenta infundir miedo a los dirigentes adversarios», explica el experto.

Desde septiembre el presidente ha amenazado con cárcel a alguna persona o grupo en 35 actos. En promedio, lo ha hecho en 1 de cada 3 días que aparece en televisión. Desde que llegó a Miraflores 96 dirigentes han sido apresados por razones políticas, según la fundación Venezuela Awareness.

En los actos televisados y de calle que realiza se comunica directamente con su base e intenta desmoralizar al adversario. Desde que comenzó el año ha denunciado conspiraciones contra su gobierno en 18 eventos, una vez cada 2,7 días que sale en televisión, mientras que en más de la mitad de sus apariciones desde febrero ha tocado el tema de la amenaza que representa Estados Unidos para Venezuela; y desde septiembre se refiere a las elecciones parlamentarias en 1 de cada 3,5 días que aparece en pantalla, la mayoría de las veces para decir que obtendrán una victoria.

«El chavismo nunca ha ganado una elección con más de la mitad del padrón electoral. Siempre han utilizado la herramienta de la abstención. Por eso se descabeza al liderazgo opositor y se toman medidas que hagan sentir que el votar es inútil. Con una abstención alta de la oposición, ese 20% de base chavista se puede transformar fácilmente en 40% de la votación total, aunque seguirían estando en una posición comprometida», alerta Keller.

Los expertos coinciden en que se debe esperar más iniciativas del gobierno para desanimar la participación en las parlamentarias, como reacomodar los circuitos electorales para que sean más beneficiosos para los candidatos del PSUV, o aprobar leyes a través de la habilitante para perjudicar a dirigentes de la MUD o restar poderes a la Asamblea Nacional.

El politólogo Nícmer Evans, dirigente del movimiento Marea Socialista, no descarta que esa estrategia le pueda funcionar al chavismo: «Si se piensa en cómo están hechos los circuitos, más la estrategia de polarización que se empieza a emplear y la ventaja del PSUV en términos de maquinaria y recursos, los resultados electorales podrían volver a ser bastante cerrados. Sería muy ingenua la oposición si se acuesta en una hamaca a esperar que el descontento haga todo el trabajo».

Si se repitieran los circuitos hechos para las elecciones del 2010, al chavismo le bastaría alcanzar entre 43% y 45% de los votos para ganar la mayoría simple de la Asamblea.

El PSUV ya aceita su organización a propósito de los retos de este año. Desde enero realiza cursos de formación de cuadros para entrenar a jefes de Círculos de Lucha y miembros de Unidades de Batalla en todo el país, los cuales deben regresar luego a sus estados para multiplicar el mensaje, informa Rubén Mendoza, jefe de un eje del partido de gobierno en El Valle, Caracas.

Los talleres son hechos en el Centro de Formación Socialista Simón Rodríguez, una estructura propiedad del Ministerio de las Comunas en San Antonio de los Altos, estado Miranda. Por semana se forman entre 400 y 500 cuadros.

«Ahora queda ver cómo se articula el Polo Patriótico y las otras organizaciones chavistas que no pertenecen al PSUV. Si la oposición o el oficialismo no logran una unidad total, cualquier diputado que pierdan por culpa de divisiones pudiera ser letal», agrega Evans.

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