El hospital donde murió Hugo Chávez cerrará sus puertas a los civiles, que atendían sin distingo desde 2003. Así le han comentado a pacientes que comienzan a dar de alta con rapidez. «La orden de la dirección es clara; el Hospital Militar volverá a ser solo para los militares lo antes que se pueda. Los insumos médicos no son suficientes para seguir atendiendo a pacientes no afiliados», informó un médico del área de cardiología, que pidió no ser identificado.
“El viernes pasado nos dieron la orden de dar de alta a la mayor parte de los pacientes no afiliados, sin importar las condiciones en que estén, o si se complican, o si están recién trasplantados o esperan ser operados por una fractura. Solo se mantendrán en el hospital los casos que sean aprobados por la subdirección”, confirmó otro médico de urología.
La restricción ya empieza a aplicarse en la entrada del Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo, ubicado en San Martín. Para el ingreso, ayer los soldados pedían el carnet de afiliado o las órdenes médicas para la consulta. La planta baja todavía conserva el movimiento propio de un centro de salud. La historia es otra en los pisos superiores.
En el edificio norte los servicios de diálisis, oncología, psicología y ginecología están prácticamente cerrados, mientras que otras áreas como traumatología y medicina interna siguen operativas, pero muestran la mayor parte de sus camas vacías. En el lado sur el panorama es diferente, pues allí atienden a los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Víctor Michelangelli es uno de esos «pacientes no afiliados», como le llaman a los civiles en el hospital Dr. Carlos Arvelo. Ayer le dieron el alta médica, a pesar de que él y sus familiares aseguran que no estaba en condiciones para regresar a casa, luego de tratar por seis semanas una infección urinaria. “En los últimos días ha presentado por primera vez fiebre, tensión baja, taquicardia, broncoespamos, hinchazón en pies, manos y abdomen; además de perder por completo el apetito y diarrea. Hoy (ayer) nos tomaron por sorpresa, pues sin hacerle una placa de tórax ni hematología para saber por qué tiene esos síntomas, nos indican que estamos de alta. Nos vamos con miedo y confiando en Dios”, informó Daniela Silva, nuera del paciente.
Michelangelli estaba recluido en el área de medicina interna, en el piso 13. Allí hay 26 camas divididas en 12 habitaciones, pero en la tarde de ayer no se contaban más de 12 pacientes en todo el piso. “El viernes se dio de alta a 5 personas y durante el fin de semana estaba estipulado que se fueran otros 4”, informó una enfermera de la especialidad, que junto a 2 camilleros se mostraron preocupados por la situación.
“Tengo 10 años trabajando aquí y nunca se había visto esto. Es algo que no se puede ocultar, negar ni desmentir. A veces ni siquiera contamos con artículos básicos para atender a los enfermos, como sondas, bolsas recolectoras, gasas, jeringas, guantes o solución. Tampoco nos han dicho qué sucederá con nosotros o si nuestro trabajo está en peligro si no se reciben más pacientes”, agregó la enfermera.
Sin embargo, ni los militares están exentos de la crisis de materiales médicos. En traumatología, Cristian Buitriago espera desde el 20 de mayo por una prótesis de la pierna izquierda para volver a caminar tras un accidente de moto.
Para Elena Delgado, familiar de un paciente de urología, la medida es justa. “A mi tío que es militar, le quitan el 13% de su sueldo todo el tiempo para darle recursos a este hospital. ¿Te imaginas que el día que lo necesite no haya insumos porque se lo gastaron todo en los civiles?”.
Fuente: El Nacional