Los sobrinos de Cilia Flores detenidos en NY por un caso de narcotráfico se declararon no culpable hoy y tendrán que comparecer nuevamente el 29-F de 2016. A la sala llegaron con estrictas medidas de seguridad, como es costumbre.
El primero en entrar en la sala fue Efraín Antonio Campo Flores, donde su nueva defensa asumió el caso luego que la firma Squire Patton Boggs se retirara.
Créditos: REUTERS / Jane Rosenberg
El ahijado de la esposa de Maduro presentó a la fiscalía una declaración financiera para atestiguar que no podía hacerse cargo de los costes de una defensa privada, lo que fue aceptado por el juez, Paul A. Crotty, quien confirmó como nuevo letrado de oficio para el joven a Kafahni Nkrumah, según resela Sumarium.
Los jóvenes entraron a la sala con traje azul marino de recluso, muy delgados, refirió Jusquifabio Flores, periodista venezolano.
Ambos estaban esposados de manos y pies. Con voces temblorosas y débiles respondían las preguntas del Juez Paul Crotty.
En un artículo publicado el 5 de abril de 2011, Jim Dwyer, del New York Times describió la experiencia que vive un preso al ser movilizado del Centro Correccional a la Corte del Distrito, donde precisamente se encuentran los sobrinos de la pareja presidencial.
“El preso se presenta al mariscal federal en el sótano del edificio. Va encadenado de los tobillos a la cintura y esposadas las manos, el prisionero marcha a través de un túnel de casi 40 pies por debajo de la calle».
«El prisionero y los escoltas pasan por los canales o corredores con puertas electrónicas en cada extremo. Estos son controlados remotamente por los oficiales que vigilan el viaje a través de las cámaras».
«Durante este pasaje de la cárcel a los tribunales, nadie pone los ojos en el prisionero, excepto los mariscales y la gente en las estaciones de vigilancia. Una vez que ha llegado al extremo norte del túnel, el prisionero espera el ascensor que es una jaula cerrada que lleva al preso hasta las celdas del juzgado”.
La prisión mantiene a presos de todos los niveles de seguridad y de ambos sexos y es operada por una división del Departamento de Justicia de Los Estados Unidos.
Fue inaugurado en 1975 y fue la primera instalación de gran altura para ser utilizada por la Oficina de Prisiones. Los internos son asignados a recintos independientes, lo que permite un movimiento reducido.