Las expectativas de vida de los pacientes crónicos se han visto disminuidas hasta en 10 años por la crisis hospitalaria en el país.
AFP/Yuri Cortez
Así lo revelan algunas organizaciones no gubernamentales que aseguran que Venezuela es uno de los pocos países del mundo en el que sufrir hipertensión es una condena a muerte.
César Ribas, médico sanitarista, explicó que hasta el año 1999 el promedio de vida de un enfermo crónico se extendía hasta los 78 años; mientras que actualmente la mayoría de muertes por enfermedades crónicas se producen entre los 65 y 69 años.
«Sin tratamiento es muy difícil poder llevar una enfermedad. Las personas se descompensan por la irregularidad que presentan los enfermos a la hora de consumir fármacos. Hay un problema serio que debe ser atacado lo antes posible porque las oportunidades de sobrevivencia en el país son cada vez menores», señaló.
Redacción Maduradas con información de La Prensa de Lara.
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