Miguel Pizarro, diputado de Primero Justicia, alertó que presupuesto 2015 es deficitario y evidencia la falta de prioridades de un gobierno “que no busca resolver los problemas y la crisis que afectan al país, por el contrario mantiene el modelo que ha generado el fracaso económico”.
Entre los aspectos a denunciar, precisó que en el presupuesto no se contempla la cancelación de la deuda que mantiene el Ministerio de Educación con los proveedores del Programa de Alimentación Escolar (PAE).
“Los más de 5.583 millones de bolívares destinados al PAE serán distribuidos en gastos de personal, insumos, y servicios no personales. Es decir, que para el próximo año nuestros escolares corren el riesgo de no recibir alimentación como ya ocurrió este año. El gobierno continua sin dar señales de querer honrar la deuda con los prestadores de este importante servicio”, así lo reseñó el diario El Universal con información de El Venezolano.
Pizarro explicó que para el próximo año casi cinco millones de niños comerán con 5,7 bolívares diarios. Cifra que se obtiene al considerar los 4.960.996,209 bolívares destinados a alimentos y bebidas para 4.351.567 escolares, en 200 días de clases regulares.
“El gobierno nacional niega la inflación actual en el presupuesto. Para este año 2014 se calculó 5,1 bolívares para la alimentación diaria de los escolares y para el 2015 solo aumentaron 0,6 céntimos. No llega ni a seis bolívares. Esto es desconocer la realidad económica de nuestro país, y desconocer que muchas madres envían a sus hijos a la escuela con la esperanza de que puedan comer bien. Nadie come bien con menos de seis bolívares al día”.
“En paralelo a las deficiencias presupuestarias en el sistema educativo y en el PAE, vemos que en el presupuesto tampoco aparecen programas especiales que están como parte de los mandatos de Ley del VIH para que funcione, así como tampoco están presupuestadas inversiones adicionales para proyectos ligados a la Ley del Primer Empleo”.
Para finalizar, Pizarro acusó que se evidencia una visión de gobierno “cuyas prioridades están en lo discursivo pero no en la acción. No están revisando cómo su gestión va de la mano con lo que promueven, en el contexto de entender programas que son permanentes como el PAE y que se calcula de manera deficitaria”.