En su columna RunRunes que publica el periodista Nelson Bocaranda Sardi en el diario El Universal y otros medios digitales, hizo la respuesta respectiva al alcalde Jorge Rodríguez, quien este miércoles, en nombre del PSUV lo señaló de recibir órdenes de EEUU para publicar o no información relacionada con el Gobierno.
Vea un extracto de la columna:
Muchas veces he repetido que los jefes de “la revolución que se robo hasta la ilusión” no me perdonan ni a mí ni a otros periodistas que les descubramos las mentiras y contemos las verdades que nos quieren ocultar. En mi caso tienen una obsesión con descubrir las fuentes que me informaban veraz y oportunamente en torno a la enfermedad del caudillo. Me han atacado, demandado, citado como testigo a la fiscalía, amenazado de diferentes formas hasta la saciedad. Desde el vilipendio y el hackeo de mis correos hasta los recordados ataques de los coprófagos televisivos.
Mas reciente, en 2013 el propio Maduro en dos cadenas me relacionó con la CIA. Pedí que entregaran y mostraran las pruebas y hasta hoy nada. Ayer de nuevo volvieron al ataque personal cuando montaron el show del golpe lento. El nuevo montaje de ayer se la encargaron al alcalde caraqueño quien dijo: “Tenemos un correo electrónico del señor Whitaker escribiéndole al señor Nelson Bocaranda Sardi dándole órdenes acerca de qué debía poner y qué no debía poner en su columna llamada Runrunes, diciéndole que parara un poquito la mecha en las alusiones que hacía sobre la enfermedad de nuestro comandante Hugo Chávez, porque el régimen lo podía descubrir”. Y siguió “es decir el señor Whitaker dándole órdenes a un periodista venezolano acerca de qué publicar y que no publicar y cuando publicar, ¿eso lo sabía el departamento de Estado, eso lo sabía la señora Jacobson?, son preguntas que acuciosos periodistas podrían tratar de desentrañar”.
Reflexiono sobre la acusación y me surgen varias interrogantes: ¿Reconoce allí Jorgito que eran los Estados Unidos los que de verdad sabían todo sobre la enfermedad de Chávez? Si es así, entonces hay un cable pelado entre La Habana y Washington pues los cubanos se ufanaban que ese secreto era uno muy bien guardado. Han revisado mis correos y saben que no voy a ser tan tonto para escribir asuntos sensibles y delicados por esa vía.
¿Por qué no hurgaron en el alto mando cubano o en el alto gobierno de aquí antes de lanzarse con tamaña falacia? ¿Será ello una reacción a la columna del martes donde una vez más descubrí los planes informativos, runrunes del más alto nivel y verdades que en 15 años de su gobierno no han podido desmentir? Soy venezolano, católico practicante, hombre de familia y no me veré nunca involucrado en atentar contra la vida de un ser humano. Como periodista, en mi columna solo mando yo. Seguiremos informando…