Lo que ocurrió el jueves en la Academia Militar pasará a los anales de la historia militar de Venezuela. La ministra de Defensa, Carmen Teresa Meléndez Rivas, mandó detener a tres oficiales que fueron directos al grano: “Lo que está pasando en Venezuela es intolerable; algunos pueden tener cuentas en dólares en el extranjero y otros no”, dijeron, entre otras cosas. Y fueron detenidos.
Y eso que era una reunión para informar a los capitanes y tenientes, sobre todo, de las acciones a tomar por las Fuerzas Armadas ante lo que está pasando en el país. La ministra, vicealmirante Meléndez, nombrada por Chávez, fue corriendo después a Miraflores a contarle a Maduro el descontento en las Fuerzas Armadas Bolivarianas, que es patente, y el revuelo que se había formado en la reunión.
Pero al Ejército no lo manda la ministra, ni siquiera el presidente, sino Ramiro Valdés y el G2 cubano, metidos en los cuarteles. Lo manda, repito, el general cubano Ramiro Valdés, que es quien decide las detenciones de militares venezolanos y hasta los propios ascensos. Él es quien realmente comanda las Fuerzas Armadas Bolivarianas. ¿Dónde queda el orgullo?
Los oficiales mandados a detener en la Academia Militar llegaron a decir que por qué ellos no pueden tener cuentas en dólares en el extranjero, como el general del Core 5, por ejemplo.
Cuando Panamá abra la mano al secreto bancario, veremos lo que ocurre. En las redes sociales se habla de una transferencia de 50 millones de dólares a una cuenta de Banesco cuyo titular es el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, apodado “el Pimentón”. De ser cierto, ¿de dónde viene ese dinero? Puede que pronto tengamos noticias de ello, porque hay un pleito en un tribunal de Miami que trata de esta transferencia.
La indignación parece anidar en las Fuerza Armada Nacional Bolivariana, como pomposamente se le llama ahora. Y la respuesta a una encuesta que ha encargado el Gobierno sobre sí mismo es dramática para ellos: el 85% de los encuestados quieren que se vaya Maduro, que se produzca un cambio de Gobierno.
El Ejército no está dispuesto a seguir actuando contra civiles desarmados, ni protegiendo a los comandos chavistas para que realicen el trabajo sucio sin control alguno, matando a inocentes. Ya van 37 muertos en las revueltas civiles.
Las Fuerzas Armadas están a punto de saltarle al pecho al presidente Maduro. Es cuestión de tiempo, de muy poco tiempo. El malestar del jueves el la Academia Militar lo captó la ministra, que de allí salió disparada con dirección a Miraflores, mientras el sanguinario cubano Ramiro Valdés pide más sangre, más represión y más violencia.
Vía El Diario de Tenerife.