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¡JUEGO TRANCADO! 80% de los venezolanos culpa a Maduro por la crisis, pero no quiere votar

Pasadas las 11:00 de la mañana, el sol de Guatire hace que cualquier espera al aire libre sea cruel. A esa hora, María Briceño aguarda por el autobús en el terminal de pasajeros y se sorprende cuando le preguntan por las elecciones parlamentarias previstas para este año: “Yo no voy a votar. Pregúntale a los que están en esa cola de allá para ver cuál es su ánimo”.

Con un gesto invita a ver el centro comercial que hay frente al terminal. Lo rodea una cola de varios metros para entrar a un abasto. “Hasta hace poco votaba, pero ahora estoy decepcionada”, retoma la palabra María. Asegura que ni siquiera va a escuchar las propuestas que le vengan a hacer los candidatos. “Ya está decidido”.

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En ese mismo estado de ánimo está Carolina Méndez, una joven madre que se gana la vida vendiendo dulces en el terminal. “En este país ya no provoca votar, las cosas han empeorado demasiado. Siempre he votado por Chávez, pero ahora no sé si apoyar a Maduro y su gente”. Un detalle diferencia a las dos mujeres: Carolina admite que sí escucharía las propuestas que le hicieran los candidatos opositores y se debate entre no votar o hacerlo por ese grupo.

Ese dilema esconde el reto que enfrenta actualmente la Mesa de la Unidad Democrática, que disfruta este año de una de las posibilidades más ciertas que ha tenido de conquistar la mayoría de la Asamblea Nacional, lo que le permitiría controlar las acciones del Ejecutivo, empezar a equilibrar las fuerzas del Estado y activar caminos para una posible transición. La alta inflación, que según el Banco Central cerró en 65% para 2014, y la escasez de productos básicos, que se evidencia en las colas alrededor de los abastos y en los anaqueles vacíos, han hecho que la aprobación del gobierno caiga a 22,7% según números de Datanálisis, porcentaje muy por debajo del que tuvo Hugo Chávez en sus últimos años en la presidencia.

La tarea es difícil para la oposición y el descontento no se traducirá en una victoria automáticamente. Para obtener la mayoría simple, ­uno más de la mitad de las 165 curules que componen el Parlamento,­ la MUD tiene que conseguir 83 diputados, cuando en 2010 ganó 65. Eso obliga a vencer en los circuitos tradicionales de oposición y lograr al menos 35 diputados que se encuentran en todos los espacios históricamente reñidos y al menos 5 en circuitos que han demostrado tendencia hacia el chavismo.

Para eso debe contrarrestar el poder que tiene el Partido Socialista Unido de Venezuela, que controla el gobierno nacional y buena parte de la estructura del Estado, 21 gobernaciones y más de 200 alcaldías, así como un conjunto de militantes que se mantienen fieles a su línea: “Votaré pensando en que la revolución continúe y se fortalezca”, dice, Ovidio Maican, habitante de la parroquia San Juan de Caracas, que forma parte del circuito 2 del Distrito Capital 23 de Enero (integrado por las parroquias San Juan, 23 de Enero, Santa Teresa, Catedral y Altagracia) otra de las circunscripciones en las que la oposición debe sorprender.

La historia de Vestalia Sampedro, diputada de Proyecto Venezuela por Carabobo, demuestra que no todo está perdido para la oposición aunque la distribución de las circunscripciones se mantenga igual. En 2010, ella logró ganar el circuito 2 de ese estado, integrado por los municipios Guacara, San Joaquín y Diego Ibarra, un espacio que tiende a votar por el chavismo por una diferencia promedio de 16,23 puntos porcentuales.

Las parlamentarias todavía no han sido convocadas oficialmente por el CNE, que debe llamar al proceso con al menos 6 meses de antelación. Sin embargo, hay algunos indicios de que no se esperará a diciembre para hacer las votaciones, como ocurre tradicionalmente. Por ejemplo, el PSUV convocó a primarias para el 7 de junio para elegir a sus 110 candidatos para los circuitos. La MUD, por su parte, aún no ha resuelto cuántas postulaciones decidirá con votaciones internas ni cuándo las hará.

Según la encuesta más reciente de Delphos, firma del estadístico y profesor de la UCV Félix Seijas, 60% del país no cree que los actuales problemas sean producto de una guerra económica y 80% culpa al presidente Nicolás Maduro.

Sin embargo, cifras de inicios de año mostraban que los nuevos descontentos del chavismo habían pasado a engrosar el grupo de los independientes y la intención de voto por la oposición solo había aumentado 4%, lo que genera dudas sobre si esas personas votarían en una próxima elección y por quién lo harían. Para que la MUD logre capitalizar el descontento, debe comenzar a dirigirse a esos venezolanos desde ya.

Fuente: El Nacional

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