Hasta el cierre de agosto de este año, han sido hallados 16 cuerpos descuartizados en Venezuela. Sea por un cuchillo simple, una motosierra o cualquier distinta herramientas, el delito es el mismo: homicidio por desmembramiento.
Aunque en los últimos meses parece haber aumentado la atención sobre estos hechos, el primero de los crímenes ocurrió el 17 de enero y, desde entonces, la tendencia se ha mantenido con, al menos, un suceso en cada mes de 2014.
Solo en agosto, se reportaron tres casos: una mujer, un hombre y una bebé. Abatidas de la misma forma, estas víctimas no tuvieron vínculo alguno en la vida, solo en la muerte.
El primer registro de ese mes fue la joven de 20 años, Yesenia Mujica, cuyo torso fue hallado el 10 agosto en el centro de Caracas. El 22 de agosto, esta vez en Miranda, vecinos de Charallave encontraron el cuerpo separado con una sierra eléctrica de un presunto delincuente al que apodaban “el portugués”; y, por último, el 27 de agosto encontraron dentro de unas bolsas plásticas los restos de una niña de apenas un año y tres meses de nacida, en el sector Ujano, de Barquisimeto.
El 13 de agosto, los familiares de Mujica, todavía impresionados por el crimen del que fue víctima la joven, relataron a los medios de comunicación que la forma en la que fue asesinada esta estudiante de Publicidad y Mercadeo les dejó no solo el dolor de la pérdida, sino una gran indignación por los niveles de violencia a los que fue sometida. Desde el recinto en el que lograron velarla, tras recorrer unas diez funerarias, pidieron a las autoridades resolver el crimen y atrapar a los culpables.
Sin embargo, las fuentes policiales no han reportado hasta el momento la captura de ninguno de los involucrados en este ni en el resto de los crímenes. Aunque funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística han realizado varios interrogatorios, los homicidas que perpetraron los tres desmembramientos de agosto continúan en libertad.