Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo Flores han manifestado ante la justicia estadounidense que su captura en Haití, donde fueron arrestados por narcotráfico, se trató de un secuestro.
Los sobrinos de la primera dama Cilia Flores, así como su defensa, ponen en tela de juicio el procedimiento llevado a cabo durante su detención. Además, presumen una motivación política tras su caso.
Créditos: REUTERS / Jane Rosenberg
En un trabajo realizado por la periodista Fiorella Perfetto, publicado por El Pitazo, se detalló la versión de Franqui Flores sobre los hechos. «Durante mi secuestro y transporte a EE.UU. no hablaba ni entendía inglés. Durante mi encarcelamiento he aprendido algunas palabras. Nunca he sido condenado ni acusado de algún crimen ni en mi país ni en otro», así abrió su exposición el indiciado.
Franqui Flores explicó que el 10 de noviembre de 2015 voló desde Caracas hacia Puerto Príncipe (capital de Haití), junto con su primo y co-acusado Efraín Campo Flores, para concertar una reunión que se llevaría a cabo a las 9:00 am en un hotel cerca del aeropuerto.
«A las 9:45 am el hombre con el que nos habíamos reunido dijo ir al baño. En ese momento unos 20 hombres entraron en la habitación con trajes negros pasamontañas y con armas y granadas. No portaban insignias o identificación. Se daban órdenes entre ellos pero nunca se identificaron conmigo como agentes de un cuerpo de seguridad. Uno de ellos trató de inmovilizarme y me resistí pero otro me puso un arma en la cabeza. Me amarraron y también a mi primo. Durante el tiempo que estuvimos secuestrados no recibimos alimentos y no habíamos comido desde la noche anterior», relató Flores.
Agregó que, en ese momento, pensó que este acto se debía a su relación con el presidente Nicolás Maduro: «En Venezuela no son raros los secuestros, de hecho conozco al menos 15 personas que han sido secuestradas allá. Dos de ellos los mataron sus secuestradores, uno después de pagar lo que pedían. Por eso estaba en shock, estaba aterrado de que me iban a matar».
No fue hasta que iban en el aire, rumbo a EE.UU., cuando les comunicaron, según la declaración de Franqui Flores, que eran agentes de la DEA. «Nunca me leyeron mis derechos ni me dieron nada escrito sobre estos. Yo no sabía que podía permanecer en silencio, que tenía derecho a un abogado antes de responder las preguntas hechas por los agentes y el derecho de proveerme un abogado en caso de no tener cómo pagar uno», expresó.
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