La reciente y supuesta puesta en marcha de las mesas de cambio privadas monitoreadas por el Banco Central de Venezuela (BCV) ha generado toda suerte de lecturas en el área económica
AFP/Cristian Hernández
Precisamente, según un artículo publicado en El Cooperante, para que estas mesas funcionen correctamente se requieren de 3 elemento fundamentales: oferta de divisas, que no intervenga el BCV y la operatividad del sistema.
A continuación, se explican, en detalle, cada uno:
Oferta de divisas:
De acuerdo con la nota de El Cooperante, la supuesta “libre compra y venta” de divisas no será tal, ya que hay restricciones sobre el monto a comprar por motivos de oferta: no hay dólares suficientes para ofertar.
Intervención del BCV:
Otro aspecto fundamental es que un mercado flotante en el que intervenga un organismo gubernamental no es tal.
“Si la intervención es absoluta, entonces no hay flotación de ningún tipo”, expresa la nota.
Además, existe el temor de que el BCV participe directa o indirectamente para influenciar en la tasa de cambio resultante.
Operatividad del sistema:
Una recurrente duda surge al evaluar qué es más viable: transar de forma directa, sin intermediarios, divisas o participar en un mercado del que poco o nada se sabe.
“¿Cuánto tiempo transcurre realmente desde que la operación es pactada con el banco hasta que los bolívares aterrizan en la cuenta destino del cliente”, cuestiona el artículo.
Partiendo de este aspecto, es probable que los ofertantes prefieran realizar operaciones de cambio de divisas a particulares.
Redacción Maduradas con información de El Cooperante
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