¿Abonando el terreno? Parece ser lo que hace el Gobierno con los inesperados apagones registrados en Semana Santa, que pudieran ser indicativo de que el colapso eléctrico nacional esta cada vez más cerca.
Venezuela ha apagado sus luces este fin de semana. El corte de energía no ha sido para celebrar la Hora del Planeta, sino porque las fallas en el sistema hidroeléctrico han provocado una sucesión de apagones que obligó a un 48 % del país -al menos 11 Estados- a estar en penumbras.
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Los cortes de energía, que persisten de forma intermitente en varias regiones, son apenas algunos de los síntomas de una de las peores crisis eléctricas de Venezuela en los últimos 13 años. La Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, que provee el 70 % de la energía, ha alcanzado en marzo su nivel más crítico desde 2003.
Los expertos vaticinan una catástrofe eléctrica. Según el Colegio de Ingenieros de Venezuela, la central hidroeléctrica, también conocida como el embalse del Guri, puede colapsar en el mes de abril, reseñó El País.
La crisis ha puesto en aprietos al Gobierno. El presidente venezolano Nicolás Maduro ha aplicado una dieta eléctrica este año. El mandatario ha decretado todos los días de Semana Santa como no laborables para evitar un mayor consumo de luz. Con la medida espera disminuir en un 60 % el consumo de energía en el país durante el asueto.
Es solo una de las últimas medidas desesperadas por ahorrar electricidad. Semanas atrás, el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, restringió el servicio de luz en los centros comerciales. El Estado venezolano también ha disminuido el suministro del agua en el país.