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¡MADURO DESBARATA PACTOS DE CHÁVEZ! Venezuela deporta a becarios nicaragüenses

Debieron volver años más tarde, sonrientes, recibidos con pompa por el gobierno y familiares, entre algarabía, con título en mano y un futuro promisorio. Pero sucedió lo contrario. Les adelantaron el retorno, los bajaron del avión literalmente con las manos vacías, algunos entre lágrimas, cabizbajos, silenciosos, con futuro incierto y los sueños rotos. La crisis política y económica de Venezuela expulsó con anticipación -sin que culminaran su carrera- a 222 estudiantes nicaragüenses de medicina, quienes llegaron becados a ese país años atrás como parte de la cooperación bilateral entre los dos países.

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En 2007, los mandatarios Daniel Ortega y Hugo Chávez estrecharon relaciones entre sus países. Nicaragua ingresó al Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), eso le permitió al país centroamericano obtener más cooperación de Venezuela en petróleo, inversión y hasta educación, entre otros rubros. Desde ese año, bachilleres nicaragüenses de origen humilde fueron becados para estudiar en Venezuela -principalmente Medicina- por medio de la gubernamental Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho), adscrita al Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación (MPPCTI).

A la fecha se han graduado unos 50 médicos, de unos 700 estudiantes nicaragüenses becados, según un becario que habló bajo anonimato, de un total de 1.500 jóvenes de 32 países que cursan estudios en ese país y que también han pasado penurias. Todo tiene relación con la muerte de Hugo Chávez hace más de un año, cuando las consecuencias del estilo de gobernar le estallaron en la cara al estilo bumerán a su sucesor Nicolás Maduro. Y la historia de la crisis es la que todos conocemos.

Los becarios nicaragüenses llegaron a estudiar con todo pago, esa fue la promesa del gobierno sandinista en Managua. Estando en Venezuela recibían incluso estipendios económicos de 59 y 89 dólares mensuales, aunque hubo quejas de que la ayuda no les alcanzaba para todos los gastos.

Desde hace un año el mundo se les vino encima, cuando la crisis empeoró y el gobierno de Maduro les quitó la ayuda monetaria. Fue entonces cuando empezaron a laborar como vigilantes nocturnos o dependientes de tienda de zapatos para sobrevivir. Algunos familiares en Nicaragua, en medio de las eternas dificultades económicas en su entorno, tuvieron que enviarles remesas a sus hijos con montos parecidos al del estipendio.

“Nos tienen con hambre”, repetían algunos estudiantes en redes sociales antes de volver a Managua, pero pidiendo no ser nombrados. “Eso (el estipendio) no ajusta para nada”. “Aquí lo que están graduando son pacientes con úlcera y gastritis en vez de médicos”, eran frases que repetían a periodistas de Managua.

Una vez obtenido el dinero, los jóvenes debían pasar toda una odisea para comprar alimentos, una cruda realidad que viven los venezolanos: largas filas en supermercados para comprar azúcar, aceite, leche o pollo para llenar un poco el estómago. Hubo quienes organizaron protestas con compañeros de aulas de países como Ecuador, Bolivia y Haití para que les devolvieran el estipendio, pero el esfuerzo fue en vano.

En medio de la zozobra y la incertidumbre, devolvieron a 222 estudiantes en dos grupos a Nicaragua. Fueron recibidos en el aeropuerto por familiares y un tumulto de jóvenes sandinistas que los cercaban para que no dieran su versión de lo ocurrido a medios independientes. “No puedo, no puedo dar información”, repetían los estudiantes cuando eran abordados por los medios.

El gobierno sandinista les ha ordenado no hablar sobre lo ocurrido en Venezuela y en medio del populismo que le caracteriza, matizó su versión. “(Regresaron) para continuar sus estudios médicos en las diferentes universidades públicas de nuestro país, con el objetivo de contribuir al modelo de salud comunitaria”, dijo el Gobierno por medio de su sitio oficial. El diputado sandinista Gustavo Porras aseguró que ellos “van a continuar sus estudios de Medicina en Nicaragua y serán médicos y cirujanos”. Añadió que serán reubicados en universidades públicas con los mismos beneficios con que se fueron a Venezuela, de ciudades nicaragüenses como Managua, León y Bluefields.

Pero antes hubo momentos de tensión entre familiares y representantes del gobierno, quienes llegaron a quejarse que “traen a los chavalos como un paquete a tirarlo a los padres y que busquemos nosotros qué hacer con ellos”. “No pueden ilusionarlos y después desilusionarlos así. Si hicieron un programa de estudios de seis años es porque había cómo sostenerlo, cómo ahora a mitad del camino o a otros a punto de terminar los van a traer aquí, no es justo”, reclama Sharon Dixon, madre de familia, una de las más críticas de la fatal decisión.

Hubo familiares que pensaron en dejar a sus hijos estudiando en Venezuela por sus propios medios, pero Porras dijo que quien quisiera quedarse, el Gobierno se lavaría las manos con él y no le sería reconocido el título en Nicaragua y mucho menos ingresarían al sistema de salud.

El Gobierno teme que al quedarse estudiantes con medios propios, sobre todo aquellos que cursaban el último año de Medicina, pueda ocurrir con la exbecaria Militza Matute, quien regresó de ese país con una rara enfermedad que la mantiene inválida y en coma. Según sus familiares. Matute se enfermó después de supuestamente ser abusada por un monitor de la Escuela Latinoamericana de Medicina Salvador Allende, en Venezuela

El diputado liberal, opositor al gobierno de Ortega, Eliseo Núñez, dice que “todo hace indicar y yo hablé con algunos amigos venezolanos, de que había un problema serio de manutención [para los estudiantes]”.

“El Gobierno [chavista] ya está teniendo problemas muy puntuales, no solo el caso de los muchachos nicaragüenses, sino que está teniendo problemas en oficinas que están teniendo que cerrar por falta de papelería y una serie de cosas que desde aquí no se miran, pero que son evidentes”, aseguró.

“Es decir, el problema venezolano está entrando en una crisis franca, en una crisis que ya lo está llevando a cerrar programas que antes sostenía y que definitivamente el gobierno, si no colapsa por las protestas, está a punto de colapsar por un problema económico serio”, añadió Núñez.

Hay versiones extraoficiales que aseguran que además de la crisis económica, hubo malversación de fondos del programa de becas en Venezuela, lo cual ocasionó su cierre. En redes sociales algunos especulan de un supuesto problema que mantiene distanciados a Ortega y Maduro, reseñó el portal del Diario Las Américas.

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