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¡MISERIAS DEL COMUNISMO! Bolsas del Clap vienen fallas y deben durar un mes a cada familia

El Gobierno pretende someter al pueblo a una dieta obligada. El nuevo método para distribuir alimentos, a través de bolsas de comida, es ineficiente y además profundiza la hambruna en el país.

Después de un mes de espera, llegó el día. Ayer los miembros del Comité Local de Abastecimiento y Producción (Clap) del sector La Quebradita II, en el oeste de Caracas, les anunciaron a los vecinos de los bloques 3 y 4 que por fin podían bajar al Pdval de la esquina a comprar las bolsas de comida. Pero la espera no fue recompensada.

Créditos: AFP.

Créditos: AFP.

«Nos dijeron que bajáramos que ya iban a vender las bolsas ¡Hasta que por fin! pero que va, cuando llegamos lo que nos conseguimos fue gente saliendo con apenas tres productos, y nos dicen que debemos esperar hasta el mes que viene para que nos vuelvan a vender. ¿Qué pretenden, que comamos con un kilo de pasta, harina y leche todo un mes?», se quejó Maritza Gutiérrez, habitante del lugar.

Su inquietud fue compartida por el resto de los vecinos que salían del Pdval con los tres productos regulados en las manos. Coincidían con lo que han expresado residentes de otras zonas de la ciudad que reclaman más productos, especialmente carne y pollo.

«Dicen que esta es una bolsa de comida, pero ni siquiera la bolsa de plástico nos la dan. Tienes que comprarla para poder guardar lo que están vendiendo. Esto es indignante para cualquier venezolano», protestó Harold Martín.

Entre la leche, la harina de maíz y la pasta se gastaban 104 bolívares, mientras que la bolsa plástica que vendían afuera costaba 50 bolívares. Algunos consumidores optaron por comprar también alcaparras, aceitunas, salsas para pastas y salsa de soya, que eran los otros artículos disponibles, reseñó El Nacional.

La poca cantidad de alimentos no fue el único motivo por el que la gente le reclamaba a los miembros del Clap, también rechazaban que les vendieran una bolsa por casa y no por familia. «En algunos apartamentos hay varias familias y cada una llenó su planilla para solicitar que le vendieran la bolsa de comida. Pero ahora les dicen que la orden es que es una sola bolsa por apartamento», agregó Cointa García.

José Gregorio Salas fue otro de los afectados. «Yo vivo solo y por eso no me quieren vender la bolsa. Cuando hicieron el censo yo llené mi planilla, pero hicieron una depuración y me sacaron».

Los vecinos descartaron que con este mecanismo se acabe el mercado negro. «Esto no resuelve ni bachaqueo, ni nada. Debe hacerse el revocatorio y que venga alguien bien preparado que resuelva. Para ver si se acaba esta vaina», manifestó Maritza Gutiérrez.

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