El conflicto entre el Gobierno de Venezuela y las aerolíneas que operan en el país se enquista y va camino de convertirse en una batalla legal de desenlace incierto para las partes. Como las empresas no pueden repatriar el dinero facturado allí, dado que el Gobierno no les deja, han optado por recortar aún más su oferta para la temporada de invierno. Pocos analistas anticipan una solución negociada. La reacción del presidente Nicolás Maduro ha sido amenazar con dejar el negocio en manos de una sola compañía si fuera necesario con tal de arreglar el grave problema. La retención de dólares comenzó hace más de un año y el monto de la deuda del país con el sector supera ya los 4.000 millones de dólares, según datos de la asociación de aerolíneas que operan en Venezuela.
El sucesor de Chávez ha dado instrucciones al vicepresidente económico para que se reúna con todas y cada una de las compañías y les comunique un mensaje rotundo: “Si van a trabajar en Venezuela, estas son las reglas de juego, una por una, así se quede solo una [aerolínea] en Venezuela”.
Maduro acusa previamente a las aerolíneas de especulación, utilización de la venta y reventa de pasajes para justificar dólares, para sacarlos del país y de una absurda imposición de precios, que se sitúan, añade, muy, pero muy por encima de los mercados similares de países vecinos.
Por su parte, la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (Alav) señala en un informe reciente que todas las compañías han reducido su oferta hasta finales de septiembre de forma drástica, tanto en frecuencias como en plazas. Sólo la aerolínea ecuatoriana Tame ha mantenido vuelos.
De acuerdo con el informe, Iberia y Air Europa han reducido frecuencias y recortado su oferta medida en asientos el 43% y el 42%, respectivamente. Otras como Aerolíneas Argentinas y Aeroméxico no han modificado sus frecuencias pero sí han reducido el número de asientos. Otras como Air France que volaba diariamente con un Airbus A340-300 (275 Asientos diarios o 1925 asientos semanales) a partir de mayo redujeron a cuatro vuelos semanales la frecuencia con un Airbus A330-200 (208 asientos o 832 asientos semanales), lo que representa un 57% de reducción de asientos y 43% de reducción de frecuencias. En el caso de la aerolínea GOL, de Brasil, dejó de operar 10 vuelos a Venezuela a partir del 21 de septiembre.
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