En el país de lo absurdo, lo necesario ahora se obtiene «por suerte», literalmente. Y es que ahora para poder comprar una batería para carro en el país, el comprador debe hacer una cola para obtener un número y participar en el sorteo del día donde se decidirán los números que podrán comprar por medio de un biombo. Los compradores se encomiendan a Dios y a la Virgen, a la espera de que el azar haga su trabajo para ser seleccionados entre las 50 oportunidades del día y cantar tal cual bingo y poder comprar la anhelada batería. ¿A esto hemos llegado? ¿Qué tal si lo que se sorteara para comprar en vez de baterías, fuera alimentos de primera necesidad?
“Yo fui beneficiado en el sorteo que realizaron hoy para poder comprar una batería”, fueron las palabras del señor Juan Romero, quien desde hace dos semanas intentaba comprar una para su vehículo.
Romero explicó que “las cédulas de los que integraban la fila de vehículos a las puertas del establecimiento comercial fueron metidas en un bol (recipiente de vidrio) y a la vista de todos, una persona metió la mano en el recipiente y sacó una cédula”. La identificación ganadora era la del señor Romero.
Esta es la realidad que se vive actualmente en el mercado regional de baterías y Versión Final pudo constatar que los sorteos también se desarrollan en las intendencias parroquiales. Así se observa en un aviso pegado a las puertas de las cuatro principales sedes del Zulia.
El intendente de la parroquia Coquivacoa, Eberth Galicia, informó que el Gobierno regional ordenó a las intendencias parroquiales la realización de los sorteos como medida para evitar que los llamados bachaqueros puedan adquirir los acumuladores para luego revenderlos. “Eso es una orientación del gobierno regional para evitar el bachaqueo de baterías. Inclusive, se planteó la realización de los sorteos con las cédulas en los establecimientos para evitar que la gente esté guardando cupos”.
Galicia afirmó que las cuatro principales casas de baterías fueron asumidas por las intendencias.
Tres semanas en espera
Gilberto Rodríguez (nombre ficticio para proteger su identidad) criticó la modalidad instrumentada por el Gobierno regional, ya que considera que se está castigando al pueblo y no a los bachaqueros.
“Es un absurdo, es un total ilógico e irracional lo que están haciendo con los sorteos. Indudablemente de una manera u otra, vamos a caer en una rosca o tendremos que pagar una batería en 17 mil bolívares. En mi caso no puedo dejar el sueldo en la compra de un acumulador porque tengo tres niños que mantener”, acotó.
La ciudadanía siente que es perjudicada, “a sabiendas de quién es el bachaquero, están agrediendo al pueblo que no tiene nada que ver”, afirmó una usuaria a las puertas de la intendencia.
El sorteo
En un establecimiento comercial de venta de baterías para vehículos, ubicado en la avenida 78 de Maracaibo, se encuentran de manera permanente dos fiscales de la la Superintendencia de Precios Justos, para verificar que la venta de los acumuladores se realice de manera adecuada y sin la presencia de bachaqueros que quieran aprovecharse de las medidas adoptadas por el Gobierno regional.
Al entrar al establecimiento, a dos vehículos estacionados se les estaba instalando la batería, mientras era supervisado por los funcionarios los documentos y el costo del producto.
“Sin fotos y sin nombres”, solicitaron los funcionarios a Versión Final, para luego explicar que cada funcionario establece la modalidad de venta de la batería de acuerdo con el establecimiento.
“Ya el Gobernador giró ordenes a las intendencias para que los funcionarios, de manera mancomunada con la misma empresa, establezcan el mecanismo de sorteo y agilicen el proceso de venta”, expresó uno de ellos.
Esta medida pretende evitar que se vendan los cupos en las colas y que la batería realmente sea adquirida por quien lo necesite.
Y aun hay gente que no abre los ojos, Mi primera cola para comprar una batería…#Venezuela #crisisVE pic.twitter.com/Sm2VWfxTb9
— Andrik David (@Andrikxl) June 4, 2015
Información de La Nación.