Tal parece que el Poder Judicial tendría lista una seria de jugadas que buscarían bloquear el libre desempeño de la Asamblea Nacional para el periodo 2017-2018, tal como ocurrió en el año 2016 cuando no solo se declaró en desacato a la directiva, sino que calificaron como inconstitucional todas las leyes e iniciativas aprobadas.
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De acuerdo al Tribunal Supremo de Justicia, la actual directiva de la Asamblea, dirigida por el diputado Henry Ramos Allup, está en desacato por lo que se determinó que todos sus actos son “manifiestamente inconstitucionales y, por ende, absolutamente nulos y carentes de toda vigencia y eficacia jurídica”.
Por supuesto que basados en la premisa anterior, el TSJ no permitirá que el parlamento controlado actualmente por la oposición escoja a su propia directiva.
Según el acuerdo alcanzado por la Mesa de la Unidad Democrática a principios del año 2015, la directiva de la Asamblea sería rotativa por partidos año tras año, y para este segundo año corresponde a Julio Borges, por el partido Primero Justicia.
Sin embargo, solo basta con que el nombramiento no sea publicado en Gaceta Oficial para que éste no tenga ningún tipo de vigencia legal. Una jugada sucia de parte del Gobierno que desde ya se espera la oposición venezolana.
Ante esta situación, Pedro Pablo Peñaloza manifiesta en un artículo que escribió para El Estímulo y con información que obtuvo de un abogado constitucionalista cercano a la Unidad, que la jugada del Poder Judicial podría terminar con el nombramiento de Diosdado Cabello o Héctor Rodríguez como presidentes de la Asamblea Nacional, alegando el «desacato» que les impide anunciar su propia directiva y la «omisión legislativa», misma excusa que usaron para nombrar a los rectores del CNE.
Otro escenario que se maneja es Ramos Allup continúe en su cargo ejerciendo la presidencia de la institución.
Redacción Maduradas.