Dani Alves, de 39 años, se mantiene detenido en la prisión de Brians 2, donde espera la fecha del juicio que afrontará por abuso sexual tras ser denunciado por una mujer con la que coincidió en el local nocturno Sutton de Barcelona a finales de 2022.
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El futbolista asegura que sostuvo relaciones sexuales consentidas por la joven de 23 años; sin embargo, la supuesta víctima asegura que fue agredida dentro de uno de los baños del lugar.
Alves estaría intentando adaptarse al ambiente carcelario, incluso han surgido informaciones que señalan que intenta que los reclusos participen en partidos de fútbol y que el fue protagonista en uno de esos encuentros donde supuestamente anotó dos goles.
Fuentes del servicio penitenciario aseguraron que Alves está «plenamente adaptado a la vida dentro del lugar y tiene mucha sintonía con sus compañeros de módulo» y que es normal verlo rodeado por otros prisioneros e incluso firma autógrafos cuando se lo piden.
También se mencionó que en su intento por encajar en el lugar permitió cerca de él un negocio turbio que multiplicó las ganancias para el prisionero encargado del mismo.
Además se ha asegurado que desde su llegada a la cárcel se incrementó el tráfico de camisetas del Barcelona.
Un recluso con acceso al futbolista estaría encargado de reunir las camisetas que llegan al lugar a través de allegados y familiares de los reclusos o por mensajería, sirve de intermediario por tener acceso al módulo 13 dónde está el jugador, las hace firmar y las reparte a sus dueños.
Con este negocio, el detenido recibe beneficios como tabaco o productos que necesita o se cotizan fuerte en la cárcel.
Redacción Maduradas con información de Infobae.
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