La decisión final sobre la ejecución de la Ley de Amnistía podría recaer en el pueblo. La Asamblea Nacional (AN) puede convocar un referendo consultivo sobre el instrumento legal, esto si el Gobierno a través del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) pone freno a la legislación.
La incertidumbre sobre la posible obstrucción a Ley de Amnistía por parte del TSJ, como ha ocurrido con otras decisiones de la AN, hacen que los analistas sugieran planes alternativos para que el trabajo del Parlamento no se pierda en la gaveta de algún archivo del Poder Judicial.
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“Creo que fue un error de cálculo político aprobar la ley”, asegura el abogado constitucionalista José Vicente Haro, quien dijo que la oposición “debe estudiar seriamente la necesidad de promover un referendo aprobatorio de la Ley de Amnistía”.
Según explica, el proyecto de amnistía y reconciliación nacional debió dictarse como decreto, aprobado por la mayoría del Legislativo, como lo permite el artículo 187 numeral 5, ya que como ley, “cae dentro del régimen ordinario y se aplica el 214 de la Constitución y debe pasar al Ejecutivo que puede devolverlo o enviarlo al TSJ”.
Recuerda que la Constitución de la República no prohíbe referendos aprobatorios para leyes de amnistía, “lo que prohíbe son los referendos abrogatorios para dejar sin efecto amnistías ya dictadas”, como las hechas por Hugo Chávez, por ejemplo, reseñó La Verdad.
“Si se tranca el juego con el Presidente y el Tribunal Supremo de Justicia no quiere promulgarlo, si no se puede poner en vigencia, creo que sería lo más sano que a la final el pueblo tenga la última palabra. Por encima de la decisión del pueblo no debería estar ninguna decisión de la Sala Constitucional del TSJ”, puntualizó el especialista.
La Mesa de la Unidad Democrática no retrocede un centímetro en su lucha por la ya aprobada Ley de Amnistía. Ayer la directiva de la Asamblea Nacional firmó el documento final que fue llevado al despacho del presidente Nicolás Maduro, a pesar de la retórica presidencial que desde el primer momento rechazó el proyecto.
Los últimos acontecimientos demuestran que el Gobierno a lo único que no puede manipular, aunque lo intente, es a la voluntad expresada en votos, así que un referendo consultivo sobre la Amnistía es más viable que esperar que el TSJ se ponga del lado del pueblo.