El programa “Vaca Roja” del Instituto del Templo, organización judía que tiene como objetivo establecer el nuevo «Templo Judío» en la ciudad de Jerusalén, anunció que finalmente uno de sus proyectos bíblicos dio frutos: una vaca completamente roja nació en sus establos.
Foto: EnlaceJudío
De acuerdo con las profecías bíblicas, esto podría significar una señal de la inminencia del «fin del mundo», ya que el sacrificio de una vaca roja es un elemento esencial para la purificación del lugar sagrado judío. Además dicha comunidad considera este paso como una señal la tradición mesiánica, se le considera una señal para restablecer el Templo en Jerusalén y marcar con ello la etapa final de la redención que ocurrirá con la llegada del «Mesías».
El nacimiento fue de alguna forma planificada. El Instituto del Templo inauguró su programa en Israel para criar a dicho animal desde hace tres años. Como a Israel no se puede importar ganado vivo, dicho lugar importó embriones congelados de vacas de raza angus roja para implantarlos en vacas domésticas israelíes.
La vaca roja nació el pasado 28 de agosto y una junta de rabinos certificó que cumple con todos los requisitos bíblicos. Los rabinos enfatizaron que la vaca podría, en cualquier momento, adquirir una mancha que la hiciera inadecuada, por lo que dijeron que la inspeccionarán de manera continua.
Sobre el inusual animal se habla en uno de los cinco libros de la Torá.
“Esta es la ley ritual que Hashem ha ordenado: instruye a los B’nei Israel para que te traigan una vaca roja sin defecto, en la cual no haya mancha y sobre la cual no se ha puesto un yugo”, se lee en Números 19:2.
Para que cumpla con la «profecía» la vaca debe ser nacida en parto natural y completamente roja, con no más de dos pelos no rojos en su cuerpo. Tampoco debe haber sido utilizada para ningún trabajo ni haya sido fecundada. La existencia de tal vaca se considera una anomalía biológica y muy rara.
Redacción Maduradas con información de EnlaceJudío.com
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