Los políticos revolucionarios venezolanos predican austeridad y humildad, pero viven todo lo contrario. Con trajes, prendas y aviones privadas, despilfarran el tesoro de Venezuela en chucherías, antojos y lujos que nunca han tenido, para volver y predicar ante el pueblo que «ser rico es malo». ¿En verdad lo es?
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Vídeo Cortesía de: Willie Colón