La “revolución bolivariana” se ha llevado por delante a todo un país que parece cayó en una de sus peores desgracias desde que se convirtió en nación. Carlos Parra, es uno de los habitantes de la urbanización El Soler, cuya degeneración es conocida por la comunidad, por su figura esquelética que adorna dramáticamente la ventana derecha de la casa que comparte con su madre.
El hombre, de 39 años, presenta un retardo mental desde su nacimiento. Aunque ve, camina y escucha con normalidad, no habla. Su madre, Leisy Fernández, de 63 años de edad, dice que no puede mirarlo porque “le da de todo” y asegura que a pesar de que conoce todas sus señas para comunicarse, sabe que su hijo está desnutrido, así lo reseñó la periodista Mariela Nava para el diario La Verdad.
Foto: Diario La Verdad
Leisy es viuda, y desde hace un año ha tenido que retomar la costura para darle de comer a su hijo y ayudar a su familia. Los vecinos, son los que apoyan a la mujer que tiene el corazón recrecido, artritis e hipertensión. A veces comen arepa o pan solo. “Por lo menos tres días a la semana nos acostamos sin comer, depende de lo que haga”.
Según cuenta el ama de casa, la situación de su familia se agravó “cuando la economía del país entró en su peor momento”. Pero este año, es el que les ha pegado más fuerte y ha dejado a la familia con casi 80 kilos menos entre todos sus miembros. En la casa habita su nuera, su nieta –de apenas un mes de nacida- y hasta hace 15 días, su hijo menor, quien se fue a Colombia a buscar nuevas oportunidades.
La necesidad ha obligado a Leisy a enseñar a su hijo a hacer sus necesidades en papel periódico, por falta de dinero para comprar pañales. «Él usaba pañales porque nunca aprendió a ir al baño por su problema, pero ahora yo le pongo un periódico en el piso del cuarto y ahí hace sus necesidades y después lo limpio, lo baño y cambio todo«.
Por otra parte, la mujer relató que Carlos tiene “muchísimo tiempo” que no va al médico por falta de recursos, su madre debe elegir entre comer o ir a consulta. «Yo pido a los vecinos algo para él. Así sea una arepita o un pancito, con tal y coma«. Pero no siempre come, se ha desmayado por hambre. «Yo me siento triste, pero todas esas cargas se las dejo a Dios, y le digo: ‘Señor, súpleme y no me deje padecer’, porque esto es muy fregao”.
Finalmente, explicó la mujer al Diario la Verdad que Carlos Parra necesita pañales, alimentos y asistencia médica. Además de Diazepam de cinco miligramos y vitaminas. Hace casi un año que no ve, formalmente, a un médico. Leisy Fernández necesita Concor de cinco miligramos e impra de 25 mililitros.
Con información de Diario La Verdad
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