El equipo de Venezuela no pega una en el Clásico Mundial de Beisbol. Cuando el pitcheo hace su trabajo, el bateo no aparece, y viceversa. La selección nacional volvió a sufrir una noche amarga y cayó por segunda vez, esta vez 3-0 ante la República Dominicana, en su segundo partido de la segunda ronda.
Foto: EFE
Aunque el abridor venezolano Jhoulys Chacín mantuvo en cero a los bates de Dominicana, el relevo se equivocó un par de veces y no pudo ser respaldado por la ofensiva tricolor, que tuvo que despedirse temprano de su mejor bateador, Miguel Cabrera, por unas molestias musculares. ¿Así o más salados?
Los dominicanos necesitaron de par de jonrones solitarios de Gregory Polanco y Nelson Cruz, además de un imparable de Robison Canó, para sacar la ventaja que en ningún momento la ofensiva criolla, que está más fría que las elecciones en el país, pudo remontar.
Venezuela queda ahora al borde del milagro: no solo debe ganar su último encuentro en la ronda contra Puerto Rico, sino que debe ligar a que Estados Unidos gane sus dos compromisos restantes, contra República Dominicana y Puerto Rico, para forzar un triple empate que lo puede llevar a un juego extra. Las esperanzas son lo último que se pierde. Como diría Nicolás Maduro: «Dios proveerá».
Redacción Maduradas
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