Este diciembre, los «narcosobrinos», Efraín Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, pasarán la navidad en sus celdas en el Metropolitan Correctional Center de Nueva York donde se encuentran recluidos desde el año pasado. Sin embargo, a pesar de estar tras las rejas, para el día de navidad los sobrinos de Cilia Flores recibirán un trato especial, como es costumbre en esta cárcel.
Composición Maduradas / Créditos: Hello Menifee
Para la cena navideña, los Flores recibirán un pavo relleno con salsa de arándanos, papas al horno y una Cocacola bien fría. Se trata de un detalle que el Estado tiene con los prisioneros para respetar y mantener las celebraciones decembrinas.
Cabe acotar que muchos venezolanos no disfrutarán de una cena especial este 24 de diciembre, como era costumbre, debido a la brutal crisis económica que ha afectado al país. Y para quienes están en las cárceles venezolanas, en especial los presos políticos, la situación será quizá mucho peor, con suerte y probarán algún bocado.
La información la ofreció a la periodista Mairbort Petit un expresidiario que pagó condena por evasión fiscal en esta misma cárcel. Su nombre es John y de acuerdo a su testimonio «todas las navidades son iguales» en el Metropolitan Correctional Center de Nueva York.
John cuenta que pasó cinco navidades en el MCC y que todas sin excepción fueron iguales.
«Ese día se come pavo relleno, con salsa de arándanos y papas. El guardia que reparte “los regalos” (que no es otra cosa que una Coca-cola fría) usa un sombrero rojo y al entregarte la bebida te dice ‘Feliz Navidad'», cuenta al recordar su experiencia.
«El resto es igual a los días que pasas preso, la rutina es la regla número uno de la cárcel federal», agrega.
Según explicó John, en los días festivos es extremadamente difícil obtener la posibilidad de usar el teléfono en la prisión. Por lo general hay muchas personas que quieren usarlo, demasiadas llamadas que conllevan a tiempo desconsiderado en la línea de espera que incluso puede llegar a más de 15 horas.
John indicó que a pesar del detalle de la cena, es muy solitaria y deprimente la navidad en la cárcel.
“A veces esperas y cuando llamas a la casa de los familiares o amigos nadie contesta, ya que suelen pensar que los presos se desconectarán en la Navidad. La Navidad en la cárcel, especialmente si usted tiene un largo plazo o cadena perpetua, es uno de los momentos más solitarios para cualquier ser humano. La Navidad en la cárcel es sólo otro día más, a menos que mantenga ese día en su corazón”, contó.
En el mes de noviembre ambos jóvenes fueron declarados culpables de organizar una conspiración para traficar 800 kilos de cocaína hacia Estados Unidos.
Redacción Maduradas con información de Mairbort Petit
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