El presidente Carlos Andrés Pérez acumuló los más altos niveles de descontento social en Venezuela tras aplicar medidas económicas que afectaban a los sectores más populares y con menos recursos del país.
Foto: AVN.
El incremento de la pobreza, el aumento de la gasolina, la liberación de los costos de los productos y la eliminación de la tasa de cambio preferencial fueron algunos de los detonantes de los acontecimientos de 1989.
Esta situación podría asemejarse y ser comparada con la actual, la de una Venezuela sumergida en la escasez de alimentos y los altos costos de los productos de la canasta básica, consideró el psicólogo y experto en materia social Adrián Liberman.
“En Venezuela existe una política de Estado violenta impuesta y legitimada por los gobernantes, por lo que los estallidos y motines que sucedieron en el año 89, no serían tan impactantes ahora”, explicó el especialista.
A su juicio, el Gobierno planificó toda la situación actual y la ejecutó con premeditación, por esto considera que – aunque las problemáticas económicas son parecidas- provienen de realidades políticas diferentes.
La escasez de productos que se vive desde 2014 también afecta en la disposición del pueblo de manifestarse como ocurrió en el Caracazo, porque “no tiene la energía vital para unificar protestas de ningún tipo… La gente está pasando hambre y tiene cansancio físico, y aunque no lo parezca, es un factor que sí afecta”.
Las crisis en el país es parte de un plan deliberado por parte de los “fanáticos que desean imponer una ideología a como dé lugar”, algo que también es diferenciador de la situación de 1989.
El profesional en psicoanálisis explicó que aunque existe penuria y hambre como en aquella época, el conjunto social se siente apático, porque el Ejecutivo se ha encargado de ejecutar una estrategia de desánimo en el contexto nacional.
A esto se suma la represión de los organismos del Estado durante las protestas de 2017. que dejaron más de 100 víctimas.
Además existe un control de la población a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) y el Carnet de la Patria, que han dado más poder al Gobierno.
Liberman sentenció que “esta situación ha sido totalmente planificada. Han intentado imponer sus ideales a todos los venezolanos, sin importar cuánto afecte eso al país y sería demasiado ingenuo pensar que no han hecho nada para que todo resulte así”.
Redacción Maduradas con información El Cooperante.
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