La administración de Joe Biden tiene el desafío de definir cómo afrontará la crisis política de Venezuela.
Angela Weiss / AFP
A partir de este 20 de enero, Biden asume la presidencia de los Estados Unidos, sucediendo a Donald Trump, quien ofreció apoyos retóricos, estratégicos y de acciones.
Ahora, el líder demócrata hereda en su agenda de política exterior a una Venezuela sumida en una profunda crisis institucional, dividida por los enfrentamientos entre la oposición y el régimen, sumada a una economía devastada que agrava las condiciones de vida de los venezolanos, quienes no tienen capacidad de cubrir sus necesidades básicas ni acceso a los servicios esenciales.
De acuerdo con un análisis publicado por la Voz de América, Biden afrontará el reto de ayudar a Venezuela, aunque – según expertos- será un plan a largo plazo que no se tratará con mayor urgencia que los asuntos internos de EEUU.
Según los especialistas en diplomacia, la administración de Biden revisará, pero no suspenderá del todo, las sanciones económicas impuestas contra el gobierno madurista.
«Biden comienza su término sin un ambiente de concordia o de paz, como generalmente comienzan las presidencias. Va a comenzar su término con un impeachment (juicio político a Trump), con el Senado dedicado a la pandemia, a la aprobación de su gabinete. La atención va a estar en otro sitio», consideró María Puerta Riera, politóloga de la Universidad de Carabobo, dedicada al análisis político sobre temas de Venezuela, Estados Unidos y América Latina.
Además prevé que Biden se apoye en el Grupo de Lima y en la Unión Europea para buscar una solución en el caso de Venezuela.
«Es clave que las iniciativas sean multilaterales. Estados Unidos no llevará la bandera. Va a acompañar, va a ser parte de un esfuerzo multilateral. Va a ser la gran diferencia con respecto a la administración Trump», agrega.
Por otra parte, Félix Arellano, experto en relaciones internacionales, advierte que los cambios en la política de Estados Unidos posiblemente incluyan la revisión de las sanciones.
«Hay una fase de instalación de las autoridades, de nombramientos, de ratificaciones en el Congreso. El tema venezolano involucra diversas agencias, como el Departamento de Estado, el Tesoro, de Justicia, el Consejo de Seguridad Nacional, el Congreso, Pentágono», recordó.
Al mismo tiempo que señaló que las sanciones podrían ser debatidas en una mesa de negociación que involucre al oficialismo, la oposición, países aliados a EEUU y los gobiernos de Rusia, Cuba y China.
«Si la sanción se convierte en un fin en sí mismo, no tiene sentido. Si las sanciones no gozan de apoyo sustantivo, se evaden con facilidad. Si son de muy largo tiempo, también pierden efectividad. Hay sanciones muy delicadas, que ponen en dificultades, incluso, a agencias de instituciones humanitarias», indicó.
Además refirió: «En la medida en que se den aperturas en las sanciones, debería Miraflores ir realizando concesiones hacia la salida pacífica y democrática».
Mientras tanto, Puerta Riera cree que para Biden será muy difícil desmontar algunas de las sanciones impuestas por Trump.
Por otro lado, Edmundo González Urrutia, diplomático venezolano y especialista en relaciones internacionales, consideró que Biden mantendrá las sanciones individuales a funcionarios del gobierno madurista.
«Donde sí puede haber un juego, que será parte de una negociación, es en las sanciones más amplias, en sectores como la energía», comentó.
Al hacer referencia al liderazgo de la oposición venezolana, Arellano no cree que Biden converse con un solo vocero de este sector aunque se mantenga la convicción de que Juan Guaidó es el único líder capaz de representarla en este momento.
«La nueva administración está abierta a dialogar y trabajar con la oposición venezolana y no con liderazgos ni personalismos», señaló.
Redacción Maduradas con información de VOA.