Durante las elecciones regionales del pasado 21 de noviembre quedó demostrado lo que el régimen de Nicolás Maduro está dispuesto a hacer para lograr sus objetivos, esta vez el mayor escándalo por irregularidades en el proceso se desató en el estado Barinas, tierra natal del presidente fallecido Hugo Chávez y cuna de la revolución bolivariana.
Infobae.
Barinas tiene un componente simbólico para el chavismo que los gobierna desde hace 23 años y una derrota podría constituir el fin de la dinastía construida por los Chávez.
En un trabajo realizado por Lucas Goyret para el portal Infobae, varias fuentes explican que la familia Chávez tiene mala reputación en el estado llanero por llevar un gobierno de corrupción, nepotismo y desidia.
Otro factor que convierte a Barinas en un estado clave es la actividad ilícita, al respecto el ingeniero Emill Brandt, coordinador estadal de Vente Venezuela, señaló: «Barinas es un lavadero de dinero. Le dicen el estado lavador de Venezuela».
Además, agregó: «Representa para el régimen lo que tiene que ver con la cuna de la revolución. Barinas es el epicentro de donde prácticamente confluyó todo lo que tiene que ver con el régimen. Desde sus inicios en los años 92, hasta hoy día«.
La dinastía de los Chávez llegó a Barinas en 1998 cuando Hugo Chávez ganó la presidencia y un miembro de su familia se convirtió en gobernador de la entidad.
Primero estuvo su padre, Hugo de los Reyes Chávez, quien fue reelecto en 2000 y 2004, culminó su mandato en 2007, al año siguiente resultó electo su hermano, Adán Chávez, quien fue reelecto en 2012 y 2017, y dejó el cargo cuando fue nombrado ministro de Cultura de Nicolás Maduro, en ese momento asumió Zenaida Gallardo, miembro del PSUV, quien estuvo solo unos meses, poco después el poder regresó a la familia con el gobierno de Argenis Chávez, hermano del presidente fallecido.
En las elecciones regionales de este año Argenis Chávez se debatió la gobernación con el dirigente de Voluntad Popular Freddy Superlano, quien aspiraba por segunda vez y en esta oportunidad se impuso sobre los Chávez. Pese a esto, el chavismo movió toda su estructura para evitar que la oposición le arrebate su epicentro.
«Que haya perdido un Chávez es un símbolo importante, y un mensaje para Maduro. Ni siquiera el apellido Chávez es suficiente para garantizar la victoria«, opinó Mercedes de Freitas, directora ejecutiva de la ONG Transparencia Venezuela.
«Es la única manera que ellos puedan seguir sosteniendo que el chavismo aún tiene poder político, a pesar de que ellos saben muy bien que no llegan al 8% de la población venezolana», agregó Brandt quien aseguró que el chavismo se robó la elección.
Brandt advirtió que la postura del régimen se mantendrá en Barinas hasta que gane uno de sus candidatos.
«Lo que seguimos pregonando es que al régimen no se le puede ganar una batalla, porque el tirano que está en Caracas no puede perder. Se pueden lanzar dos o tres candidatos más por la oposición que está yendo a esta otra farsa del 9 de enero, y vamos a confluir en lo mismo. Si vuelven a ganar, van a volver a inhabilitar al que pongan de la oposición, que se está prestando para esta farsa, y el PSUV irá a otra elección a febrero, hasta que ganen», señaló.
Redacción Maduradas con información de Infobae.
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