El expresidente del gobierno español Felipe González, que ha sido fuertemente descalificado por el chavismo por viajar a Venezuela, incluso calificada de «intervencionismo» por defender a los considerados presos políticos Leopoldo López y Antonio Ledezma, no siempre desató la rabia de la extrema izquierda venezolana. En 2006, fue recibido por el mismísimo Hugo Chávez Frías y con bombos y platillos.
“Hemos hablado de todo, desde mis vínculos con Venezuela hasta la situación internacional, situación del sector energético, proyectos de desarrollo, de todo, en una conversación muy abierta y franca”, dijo González a la salida de su reunión con el entonces jefe de Estado venezolano, el 29 de junio de 2006, reseñó la agencia EFE.
En esa oportunidad, el exgobernante español explicó que se encontraba en la ciudad colombiana de Cartagena y que había solicitado la reunión con Chávez para proseguir conversaciones precedentes sobre un amplio abanico de asuntos que, además, tendrían continuidad a no muy largo plazo.
González se negó a hacer “juicios de valor” sobre la situación de Venezuela porque consideró que ello sería “absurdo”.
Sin embargo, planteó que Venezuela estaba ante una “oportunidad histórica” porque contaba con buen factor humano y abundancia de materias primas bien cotizadas, además del petróleo y el gas.
Advirtió, además, que para que el país aprovechara esas ventajas y se encaminara hacia un modelo de desarrollo sustentable necesitaba “un cambio cultural, no un cambio político”.
“Los venezolanos no pueden imaginar que su futuro es recibir las rentas de materias primas no renovables. Su futuro es su trabajo y su creatividad para transformar eso en desarrollo sostenible”, añadió González.
Información de Sumarium.