Tras los anuncios de Maduro de solicitar visa de ingreso a estadounidenses, la cancillería venezolana informó este martes a la Embajada de Estados Unidos en el país, una serie de medidas de «reciprocidad» que incluye la necesidad de visa para ingresar al país a los oriundos de dicho país, así cómo la reducción a 17 funcionarios, de su delegación diplomática en Caracas.
Esta decisión supone una vuelta de tuerca más en las maltrechas relaciones entre EE.UU. y Venezuela, dos países sin representación diplomática de alto nivel entre ellos desde 2010, y una situación que tras los acontecimientos de los últimos días parece lejos de solucionarse.
Maduro tomó esta decisión tras acusar a EE.UU. de estar detrás de un plan de golpe de Estado, ya desmantelado, en el que también estarían presuntamente involucrados políticos de la oposición venezolana y en el que incluso se buscaba atentar contra su vida, acusaciones calificadas ayer de «falsas» desde Washington.
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, se puso hoy manos a la obra y en una reunión en la sede del ministerio de Exteriores en Caracas le informó al encargado de negocios de la embajada de EE.UU. en Caracas, Lee Clenny, que disponía de 15 días para presentar a los funcionarios que permanecerán en el país tras la decisión de Maduro.
«Se le dio un tiempo de 15 días para presentar el plan en cuanto a la clasificación de rango de funcionarios que deberán permanecer en nuestro país acreditados por su Gobierno en Venezuela», dijo Rodríguez en una breve declaración a la prensa tras reunirse con Clenny.
La ministra, que calificó el encuentro con Clenny de «cordial» y «ameno», argumentó que estas medidas se deben a acciones «enmarcadas en el derecho internacional público, en los propósitos y principios de las Naciones Unidas y que en principio conciernen a la reciprocidad que debe regir entre los Estados soberanos».
Las relaciones entre Venezuela y EE.UU. pasan por uno de sus puntos más bajos.
Ambos países están sin embajadores desde 2010, cuando el Gobierno del entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, rechazó la designación de Larry Palmer como jefe de la misión diplomática estadounidense en Caracas por unas declaraciones que hizo en el Senado sobre Venezuela.
Desde entonces, los cruces de acusaciones han sido constantes y el Ejecutivo venezolano ha expulsado a funcionarios estadounidenses bajo señalamientos de injerencia y de contribuir a desestabilizar el país, expulsiones ante las que Washington tomó medidas recíprocas.
Las relaciones se tensaron de nuevo con una serie de sanciones desde Washington a funcionarios venezolanos, las más recientes a comienzos del pasado febrero, acusados de violar derechos humanos durante las manifestaciones que vivió el país caribeño durante la primera mitad de 2014.
Estas sanciones incluyen la supresión de sus visas de viaje a EE.UU. y la congelación de activos que podrían tener bajo jurisdicción estadounidense.
Con información de Yahoo Noticias.