Es incalculable y asombroso la cantidad de calamidades que los venezolanos viven hoy día al momento de tener que verse obligados a hacer largas colas para poder conseguir los productos básicos para cubrir sus necesidades.
Al momento de su turno para ingresar al local, el hombre cerró de manera abrupta el portón, dejando atrapado el dedo pulgar derecho de Yuseidis Martínez. Entre los gritos de desesperación de la agredida y el resto de personas que al unísono gritaban: -¡Abre el portón chino!-, el asiático cumplió la petición, publicó el portal Ya Venezuela.
Foto: Archivo
Tras el trágico accidente, José Martínez conjuntamente con el propietario de La Fortuna, llevaron a Yuseidis a un centro de salud privado, donde el agresor corrió con los gastos de operación, que concluyó en la amputación de su dedo pulgar derecho.
Agregó Martínez padre, que esa misma noche, el hombre, aunque no quería hacerlo, se comprometió a cubrir todo lo que hiciese falta, pero la promesa no ha sido cumplida. Familiares de Yuseidis han tenido que comprar medicinas y pagar consultas médicas. Su preocupación crece al recordar que dentro de un año, debe acudir a una segunda operación, según le informó el medico que la atendió ese jueves.
Yuseidis Martínez es madre de cuatro niños, soltera. Su padre se encuentra desempleado, aun así, ha hecho lo imposible para que la atención médica de su hija sea la más oportuna. La denuncia fue interpuesta ante el Centro de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), pero allí le solicitan la presencia de un abogado para iniciar con el procedimiento.
Por tal razón, padre e hija hicieron un llamado de ayuda a cualquier institución o profesional del derecho, que pueda auxiliarlos en este caso, pues no cuentan con los recursos económicos suficientes para costear alguno.
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Del mismo modo, exigieron también al propietario de Comercial La Fortuna, para que cumpla con los gastos médicos de la agredida y no se haga “el loco” como lo ha hecho hasta ahora, según explicó Martínez.
Cabe destacar que esa tarde, Comercial La Fortuna distribuía para la venta detergente en polvo sin la presencia de funcionarios policiales, GNB ni entes supervisores de Precios Justos.