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¡EN PAÍS PETROLERO! Cuando veas como se coloca gasolina en Táchira, morirás de vergüenza (+Foto)

La “revolución” del siglo XXI se ha encargado de vociferar a los cuatro vientos los “avances” que ha logrado la llegada del socialismo a Venezuela. Sin embargo, solo basta mirar a los lados y observar el notable retroceso al que se ha sometido al país con “mayor cantidad de reservas petroleras” en el mundo.

Desde 2012, en Táchira se instaló una medida para racionar la gasolina. Consiste en un chip que permite regularizar la cantidad de combustible que un conductor puede consumir en su día a día.

Foto: La Patilla.

El dispositivo debe estar instalado en el vidrio del automóvil o en su defecto el conductor deberá presentar una tarjeta “roja rojita” que trae consigo un código de barra. Los paneles colgados en los techos de las estaciones de servicio se encargarán de hacer la lectura del plástico e indicar si le toca echar gasolina o no.

Todo perfecto hasta el momento… ¿Pero qué sucede cuando un mecanismo tan “avanzado” se convierte en un estorbo que empeora las largas filas para llenar el tanque?

LAS MÁQUINAS NO SIEMPRE LEEN EL CHIP

Resulta que en la práctica, este mecanismo se ha convertido en el dolor de cabeza de los tachirenses que no solo deben esperar su turno, sino que ligan a la suerte y piden a Dios que la maquina pueda leer el chip.

Composición Maduradas/ Fotos: Venezuela al día.

Los paneles encargado de descifrar los códigos de barra se encuentran en lo más alto de las estaciones de servicio (posiblemente para que los delincuentes no se los lleven); la altura impide que el “extraordinario” aparato cumpla su función de manera eficiente. Los empleados de las gasolineras se ven obligados a levantar sus brazos tan alto como su cuerpo lo permita, y aún así, muchas veces no logran el objetivo.

Esta falla no solo retrasa el proceso, sino que genera molestia en los conductores. Tal es el caso de Manuel Trujillo, un tachirense que asegura gastar gran parte de sus horas para obtener su tanque lleno.

“Pierdo aquí medio día, todos los días es esto (…) hoy llevo dos horas y ahora acaba de entrar la gandola y debo esperar a que desembarque el producto para poder tanquear”, se queja, mientras las gotas de sudor van copando su frente.

Por su parte, los motorizados al poseer un tanque más pequeño pueden escabullirse fácilmente entre la fila de autos, pero su problema comienza al momento de presentar la tarjeta.

“La verdad esto es una burla, es hasta gracioso ver al bombero levantarse de cuclillas para que le lean el bendito plástico”, dice con una sonrisa en su rostro uno de los motorizados que espera su turno.

En una de las imágenes captadas por VENEZUELA AL DIA se puede observar al empleado de la gasolinera ayudarse con un limpia vidrios que le permite llevar la tarjeta al complicado y alto lector.

Información de Venezuela al día.

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