El 20 de febrero a Ingrid García no le falló su instinto de madre. Las papas rellenas para el desayuno que su hijo Luis Aranyi Fabián García, de 21 años de edad, dejó intactas en la cocina, las llamadas sin contestar y los mensajes sin respuesta, pese a que el WhatsApp del teléfono del joven indicaba que estaba en línea, le encendieron las alarmas.
“El último mensaje que recibí el viernes de Luis Aranyi fue a las 6:58 am. Me dijo que iba a salir, que no lo despertara para pedirle ayuda en la compra de las chucherías para la bodega, pues siempre me lo llevaba al negocio. A las 3:00 pm lo llamé y no contestó. Luego le mandé dos WhatsApp entre 4:00 y 5:00 pm y veía que él estaba en línea y no me respondía”, relató.
La mujer insistió en establecer comunicación con su hijo. Lo llamó varias veces, al igual que a su amigo Yamir Tovar, de 22 años de edad. Ninguno atendió. El sábado a las 5:00 am el teléfono de Fabián aún repicaba, pero los intentos fueron en vano. Ya los habían asesinado.
Ese viernes Luis Fabián no llegó a encontrarse con Yamir Tovar, amigo del barrio donde vivía y con quien participaba, con menos frecuencia que Tovar, en las actividades del Movimiento Resistencia, para ir a la concentración en la plaza Brión de Chacaíto a protestar en contra de la detención del alcalde metropolitano Antonio Ledezma. Tovar fue solo, publica El Nacional.
El Nacional reconstruyó los últimos pasos de los jóvenes con versiones de testigos, familiares y de las últimas comunicaciones que habrían realizado las víctimas. Las pistas, que coinciden con la versión policial, indican que ambos fueron vistos por última vez en una zona que es controlada por colectivos. Los homicidas llegaron a Tovar a través del teléfono de Fabián, que fue el primero al que secuestraron. El Cicpc tiene identificados a los presuntos responsables del doble crimen, que pertenecen a un grupo armado de unos 13 individuos que opera en Pérez Bonalde, informaron fuentes del organismo.
Fabián, de nacionalidad dominicana, fue visto por última vez en los alrededores del bulevar de Pérez Bonalde después del mediodía. “Estaba dando vueltas, como esperando a alguien”, dijo un conocido del joven.
El mensaje desde la parada. El viernes transcurrió sin que la familia supiera de Fabián. A las 7:18 pm Tovar le envió un mensaje de texto a su tía en el que le decía que estaba en la parada de los jeeps de la Comuna Socialista Juan 23, a una cuadra del Metro de Pérez Bonalde. Esperaba su puesto para subir a su casa ubicada en el barrio Andrés Eloy Blanco, del sector El Observatorio, en la parroquia 23 de Enero.
A las 7:30 pm un vecino de Tovar lo vio en el bulevar de Pérez Bonalde, caminando en dirección contraria a la parada de transporte público. La última conexión que quedó registrada en el WhatsApp del teléfono de Fabián fue a las 7:34 pm.
A Luis Aranyi Fabián lo vieron por última vez el #20F al mediodía. Última conexión whatsapp su tlf fue a las 7:34pm pic.twitter.com/k3NhpORaD6
— Angélica Lugo (@Angelicareport) March 1, 2015
“Un funcionario del CICPC nos dijo que fueron prisioneros antes de que los mataran. Imagino que por las marcas que les vieron en las muñecas, y además porque ninguno de los muchachos visitaba Los Flores de Catia, en donde fueron hallados maniatados, amordazados y con múltiples disparos”, precisó un allegado de las víctimas.
Una hora después, entre 8:30 y 9:00 pm, otro testigo vio cómo varios hombres golpeaban a un joven para ingresarlo en la antigua sede del Distrito 23 de la extinta Policía Metropolitana, ubicada frente al Metro de Pérez Bonalde, que en la actualidad está ocupada por grupos armados que se autodenominan colectivos.
Es un edificio de dos pisos, tiene varias cámaras de seguridad en su fachada, cuya única identificación es un logotipo que dice “Catia”, debajo de una calavera, y un grafiti que dice “Juventud con Chávez”, sobre los ojos del presidente fallecido. Esta semana dos hombres parados sobre el techo del edificio vigilaban celosamente el movimiento en el bulevar. Un exfuncionario de la PM informó que esa sede tiene calabozos y un estacionamiento en el sótano, y dormitorios para 100 policías.
Un dirigente vecinal de Catia asegura que grupos armados ocuparon la antigua sede policial cuando los exfuncionarios de la PM fueron desalojados a finales de 2011. “Ellos toman la ley por sus manos. En las noches hacen alcabalas con pistolas, vigilan los circuitos cerrados de Catia y aunque tienen un estacionamiento en el sótano, paran sus vehículos y motos en el bulevar, frente a la estación del Metro”, aseguró.
Advertencias de colectivos
En marzo de 2014 los colectivos del 23 de Enero hicieron llegar advertencias a los integrantes del Movimiento Resistencia que viven en la zona. Miembros de ese grupo cuentan que Tovar comenzó a manifestar en febrero en Altamira y los meses siguientes acostumbraba a ir al distribuidor Santa Fe, donde la policía se enfrentó casi a diario con jóvenes encapuchados.
“Fueron comentarios que surgieron en la comunidad a un mes de que iniciaran las protestas para advertirles a los muchachos que los guarimberos que siguieran en protestas iban a ser picados en pedazos. Ellos exhiben sus armas largas y quieren intimidar a quienes piensen distinto en el barrio. No puedo decir que son todos”, dijo un vecino.
Entre las 11:00 y 11:30 pm los vecinos de la calle Andrés Bello de Los Flores de Catia escucharon varios disparos. En el sector hay varias fábricas y está la sede del Instituto Técnico Jesús Obrero.
Una mujer contó que a esa hora, mientras escuchaba unos videos en su computador, se percató de que en la entrada de la calle, a la altura de una caseta de la Cantv, unos hombres hicieron unos disparos.
“Lamentablemente estamos acostumbrados a los tiroteos por aquí y como hace unas semanas mataron a dos hombres allí, imaginé que ocurría lo mismo. Estaba muy oscuro porque hay muy poca iluminación, pero después que escuché los disparos sentí el ruido de una motocicleta y de un vehículo que huyeron a toda velocidad de aquí. Nadie salió de sus casas por seguridad, pero al día siguiente vimos la sangre en el piso. Estamos desasistidos desde hace tiempo. La policía no viene y estamos rodeados por colectivos”, manifestó.
Funcionarios de la PNB fueron los que encontraron los cadáveres, al recibir denuncias de vecinos. Al lugar llegaron comisiones del Cicpc para realizar el levantamiento de los cuerpos. En la escena del crimen colectaron varias conchas de bala, por lo que presumen que fueron llevados a ese lugar para ejecutarlos.
Confusión en El Helicoide
El sábado fue un día de búsqueda perdido por los familiares de Tovar. Ese día, orientados por versiones que se divulgaron en las redes sociales, recorrieron sedes policiales para verificar si habían sido detenidos. La última que visitaron fue la del Sebin, en El Helicoide. Allí les dijeron que su pariente estaba detenido, que le llevaran comida y ropa porque estaba muy sucio.
El domingo a las 8:30 am llegaron con los enseres, pero un funcionario les dijo que había una confusión, pues el detenido se llamaba Yorman Tovar: “Pensábamos que estaba allí con Luis Fabián, porque siempre estaban juntos. Después, a las 9:30 am, nos fuimos a la morgue de Bello Monte. Nos dijeron que el sábado en la madrugada ingresaron dos jóvenes. Cuando los identificamos, supimos que eran ellos”, explicó Jhonny Fonteche, hermano de Tovar.
Tovar realizaba un curso de operador en la Cantv. El 3 de marzo se iba a preinscribir para estudiar en la Cruz Roja. Su título de bachiller y sus documentos para esos trámites estaban en el morral que cargaba cuando salió de su casa y que desapareció, al igual que las pertenencias del otro joven asesinado. Tovar cumpliría hoy 23 años de edad. Su familia realizará en la fecha de su aniversario la quinta misa de su novenario.