Descarga las aplicaciones para Android o iOS (iPhone/iPad). Únete al canal de Telegram.

¡LO QUE VTV NO CUENTA! Médicos desesperados: «La gente se nos muere por falta de insumos»

Sin importar si se presenta alguna emergencia, o si el paciente lleva meses a la espera de una operación o que el médico tenga toda la disposición de salvar la vida de quien lo necesita, desde hace tres semanas todas las intervenciones quirúrgicas del área de Cirugía Cardiovascular del Hospital Universitario de Caracas están suspendidas.

Sin el intercambiador de calor, un aparato indispensable para la realización de cirugías de corazón, no es posible el acto médico.

Emergencia-Merida-hospital

Hace tres semanas que la directiva del hospital prometió reparar el aparato que permitió, mientras estuvo operativo, la intervención de apenas 34 personas en lo que va de año. Antes de que se dañara el intercambiador, y también durante el período en el que ha estado fuera de servicio, otros impedimentos frustraron las cirugías de corazón en uno de los dos hospitales en el país que las practica: no hay pruebas de serología para verificar que la sangre que se va transfundir esté libre de virus, otro día no hay anestesia, al siguiente falta algún medicamento esencial o insumo médico que debe ser usado en el procedimiento.

El Servicio de Cirugía Cardiovascular funciona a medias porque siempre falta algo que es indispensable para atender a sus pacientes. Así ocurre desde 2013 cuando el récord de cirugías realizadas empezó a bajar de 160 ese año a un total de 97 en 2014.

Iván Machado, jefe de la Cátedra y Servicio de Cardiología del centro de salud, señala que aunque el servicio está abierto no hay posibilidad de atender a los pacientes. Muchos de ellos –no posee cifras de cuántos– han sido devueltos a sus casas porque no pueden mantenerlos hospitalizados a la espera de una cirugía sin fecha certera.

“Nos angustia porque la gente se nos está muriendo de mengua. Las hospitalizaciones son intermitentes. Se ingresa a algunos pacientes para operarlos, pero luego se quedan esperando. Tenemos la atención disminuida. No se ha hecho ni la mitad de las operaciones del año pasado. Deberían ser 200, pero ahora no llegamos ni a 10 mensuales. No podemos saber cuántos de los que no están hospitalizados han fallecido porque están en sus casas, eso hace un subregistro”, afirma.

Hay pacientes como M. A., una mujer a la que se le reserva la identidad por petición de su familia, que llevan dos meses a la espera. Según ella: “Es más seguro estar allí que en la casa, aquí por lo menos me atienden si hay alguna emergencia”.

En 60 días a la mujer se le han presentado 2 episodios de gravedad que no han llegado al infarto. En ese lapso su familia ha gastado cerca de 120.000 bolívares en materiales médicos y medicamentos que debería dar el Ministerio de Salud al hospital, pero que están agotados.

La nitroglicerina, por ejemplo, la mandó a comprar en Colombia. Necesitaba 2 ampollas. Cada una costó 35 dólares o 16.940 bolívares al cambio del miércoles pasado. El esposo, que tuvo que pedir las vacaciones y varios permisos en el trabajo para cuidarla en el hospital, señala que también le ha tocado comprar morfina, guantes y otros insumos.

Como M. A. hay otros pacientes críticos que no deben estar en casa, lejos de la supervisión médica constante. En terapia intensiva, por ejemplo, hay un hombre de 37 años de edad con endocarditis, insuficiencia cardíaca severa e infección, lo que le impide estar en el mismo espacio con otros pacientes.

En otra área está una mujer de 26 años, madre de un lactante, que todos los días se queja de dolor precordial, o bajo el corazón, que amerita una operación urgente. Los que llegan al centro asistencial con alguna emergencia también padecen por la crisis.

“Hace una semana llegó un hombre herido de escopeta a la altura del corazón y no podíamos atenderlo porque no teníamos ni siquiera los catéteres adecuados. Lo habían ruleteado por cinco hospitales hasta que llegó aquí. Solo el Pérez Carreño y el Universitario tienen Cirugía Cardiovascular, pero en el Pérez Carreño tampoco lo podían atender porque faltaba la heparina”, narró un especialista.

Con información de El Nacional.

¡No olvide dejar sus comentarios!

Top