El padre de Kluiverth Roa, el niño asesinado el martes en San Cristobal por fuerzas del estado, aseguró con sentidas palabras que «nadie está preparado para que te digan que tu niño está muerto», tanto él, como su esposa Vivian Nuñez, aún no pueden creer que vivirán el resto de sus vidas habiendo enterrado a uno de sus hijos.
Pese al dolor, Erick Roa comentó al diario La Verdad, que solicitará a organismos internacionales que investiguen porque «detrás de ese policía que mató a su hijo hay manos ocultas» al tiempo que hizo énfasis en que Maduro «no está en sus cabales”, tras las declaraciones que dio recientemente.
«Nadie está preparado para que te digan que tu niño está muerto. Es muy difícil describir ese momento. Yo no se lo deseo ni al peor padre del mundo”, confesó Erick Roa mientras limpiaba la sangre que derramó su hijo antes de morir asesinado en la calle 12 del barrio San Carlos. Horas antes de hablar con La Verdad vía telefónica, había despedido a Kluyberth Ferney, de 14 años, en el cementerio metropolitano de San Cristóbal, donde descansará en paz.
Roa y Vivian Núñez, madre del adolescente, vivirán el resto de sus días con el pesar a cuestas de haber enterrado a uno de sus hijos. Un sufrimiento que se hace mucho más agudo cuando ese hijo que murió fue asesinado «a mansalva», por un oficial de la Policía Nacional Bolivariana, en una manifestación en la que no participaba. «El Gobierno tiene toda la culpa de la muerte de mi hijo. Detrás del policía que disparó están todos los que los mandaron a ellos a echar plomo a diestra y siniestra. La resolución esa que aprobaron (la 008610 del Ministerio de Defensa) para que arremetieran contra todos los que estuvieran en manifestaciones fue lo que hizo que los funcionarios se enfrascaran en reprimir”.
Las versiones sobre lo que ocurrió el pasado martes con el estudiante de segundo año eran contradictorias, porque no se sabía sí el joven participaba en las protestas o no. Su padre, indignado, aclaró que su hijo iba saliendo del colegio cuando pasó por la protesta y fue asesinado por Javier Mora Ortiz, el oficial de 23 años. “A mí me contó su hermano mayor (tenía dos por parte de padre y uno por parte de madre). Él se enteró por tuiter. Cuando llamamos a la mamá ya ella sabía porque la directora del liceo donde estudiaba (el Agustín Codazzi) le había avisado. Me dijo que lo habían trasladado para el Hospital Central, pero ya sabía que estaba muerto”.
Un futuro liquidado
A Kluyberth Ferney Roa le gustaban los deportes, en especial, el baloncesto. Medía 183 centímetros y quería estudiar educación física. “Un niño inocente, cristiano evangélico, que le gustaba la música y era boyscout”, recuerda, sollozo, su papá, quien rechaza las hipótesis de Nicolás Maduro sobre el homicidio de su primogénito.
“Que si una secta satánica, que si fue la oposición la que hizo eso. Ese señor está equivocado. Yo no sé por qué ellos se contradicen en todo. Si el comandante de la Policía Nacional en Táchira entregó al funcionario que mató a mi hijo, por qué el Presidente dice otra cosa. Eso te habla de que ese señor no está en sus cabales”.
El policía que acabó con la vida de Roa se encuentra detenido y Luisa Ortega Díaz, fiscal general, informó de que abrirá una investigación formal contra él. Pese a eso, Erick Roa comentó que solicitará a organismos internacionales que investiguen porque «detrás de ese policía que mató a su hijo hay manos ocultas». Pidió al Presidente que emprenda acciones para que “cese toda esa violencia que hay”, pues esta “ya se rebasó el vaso».
La muerte de Kluiverth, velado en la capilla San Sebastián, aumentó la tensión en San Cristóbal, que amaneció ayer militarizada, según medios locales. José Vielma Mora, gobernador de Táchira, decretó este miércoles día de duelo regional y los estudiantes y vecinos del sector donde asesinaron al muchacho le rindieron un homenaje con un pequeño altar en el sitio donde cayó.
Con información de La Verdad.